Amador Palacios. Poemas en Revista Imán Número 20

 

 

 

 

 

 

 

POEMAS

FARFULLA DE LA CALLE 42

Nada es sagrado en Nueva York
HILARIO BARRERO

En Nueva York infinidad de pernios
millones de clavijas y ranuras,
miríada de tornillos,
innumerables interruptores,
picaportes…
encadenados a una risa hebraica.

Chapas y vidrios incontables,
filamentos,
alturas sin alero,
cebadores fosforescentes,
kilómetros y kilómetros de cintas
que señalan el paso y nos lo obligan.

Y plástico. Mucho plástico.
Inabordable cantidad de plástico.
Plásticos como tales, mueca urbana,
pajitas desplegadas hasta el límite
en minuciosas y variadas gamas
cromáticas…

Vasos y tapaderas acabados
en híbrida aleación de cartón-plástico,
tarteras que se vierten en arriates
y recogen el vértigo
de la sola ambulancia
cuyo único claxon una flota de ambulancias simula.
Estertores, esputos
desde los taxis amarillos.

Y todo ese conjunto no tan atrabiliario
(pernios, manijas, pomos…,
láminas aceradas, cristales azulados…,
eléctrico vergel,
tupperwares, gomas, destellos,
vapor de cafeteras,
nitrógeno en las bocas
del alcantarillado…)
conforman la imponente galanura,
la pujante e improvisada
belleza que sostiene a Nueva York.

En Midtown ni una mosca ni un mosquito,
alguna avispa en Harlem,
abejas amansadas en TheCloisters,
más algunas libélulas inconsútiles
y otras luciérnagas publicitarias
que observáis en el Riverside Park
pegadas a las rápidas pelotas de béisbol.

 

 

CANCIÓN FÚNEBRE

Se acabó la vida enhiesta
y empieza una vida a ras.
Ley de descomposición
más cruda que la vital.

El cuerpo va descansado
con una banda detrás.
Desperezando compases
se entra a un blando más allá.

Muerte y
música. ¡Ah!

 

 

 

CON VINO

AJosé Ángel García

Desde su entraña opaca, siempre ahíta,
violácea e inaudible,
propuso el vino entonces
un pequeño conflicto.

El vino,
hipócrita como él solo,
comenzó su tarea,
tensó un guiño, previsto,
entre el fondo y el borde
taimado de la copa.

Servido de etiqueta roja y gualda
deglutió las palabras circundantes
tornándolas en sorbos
venenosos y amables
luego de esa primera copa inerme
que solamente es sed.

El vino a veces pareció no estar,
rodeado profusamente por bandejas cromáticas,
aromas de tahina,
fragancias de sumac.
Sí, pareció no estar.
Deslumbrados sus negros brillos
por focos cenitales.

Pero estuvo.

Llegó un momento en que la arenosa diatriba
acabó por unánime decisión, la del alma del vino.
Del aire de la mesa
descendieron las cuatro copas
al tablero, de golpe.

Pero quedó un regusto engañoso.
Y un amargo resabio romo, endeble.

El vino socavó, siempre burlón,
ese instante beatífico de duda, convertido
en pequeño conflicto originado
desde un equívoco y crucial
segundo punto de partida.

Un pequeño conflicto,
endulzado, y neutralizado,
nuevamente con vino.

 

 

 

TRAS EMBRIAGARSE HABLA B.P.

Yo, la musa de Dante, he visto doble
Y en blanco y negro en una borrachera,
Cuando la vida era dicharachera,
Y en noble convertía yo lo innoble.

Bebí de las esencias duraderas
Y confundibles hasta tal extremo
Que confundí la tarde con el alba,
Y la hora de comercio troqué en orto.

Desgalichada y en mi melopea
Iba con mi despiste por la calle
En espera del lecho matutino

Encaminándome a mi Citerea,
Replegada en mi subconsciente talle
E ida del duro hecho vespertino.

 

 

 

CABO DE GATA. DESIERTO DE TABERNAS.
HOMENAJE A LA POESÍA DE J.A. VALENTE

Este correlativo paisaje endémico
se remonta a cuando el demiurgo
mostraba sus furores aleatorios
y sus caprichos desmesurados.

Todavía quedan huellas reconocibles
de los fieros mordiscos en las rocas,
esos oasis disparatados,
estas yeguas inquietas y esqueléticas
que aún corretean nerviosas por las arriesgadas y abismales terrazas
que penden en vacíos impregnados de polvo y moho reseco.
Para contrarrestar tal inquietud de suelos inestables
el Padre extendió un gran volumen
de agua azul y salada
que adosó a estas tierras de incontables pitas y ramas
exageradamente retorcidas por el temperamento del demiurgo;
agua tranquila a la que el Padre puso ondas
haciéndoles lamer pausadamente arena
en compases precisos.

Además allanó extensiones
y conformó llanuras
con pequeñas parcelas de arbolitos
para calmar la fiebre de los montes,
haciendo que, ya vistos desde lejos,
la tierra pareciera más risueña
y habitable.

Aunque nunca pudo llevar a buen término
las rogativas ad petendampluviam:
no más que sueño estéril, turbio anhelo
perdido en la canción infructuosa.

Escrito en el tren Talgo Almería-Madrid el 22-8-2015

 

 

 

EATING IS CHEATING

A Bruno Suárez y Nathanael Palacios

Dos distintas generaciones
acódanse en la misma barra.
Y solidarizadas asimismo
por las canciones de The Beatles.

Equidistan de esas canéforas
incontinentes, muy risueñas,
que acuden con los pelos
vivamente teñidos
y sostienen en cada mano,
orillando a esos individuos generacionales,
desgabiladas y gangosas,
enormes vasos rutilantes:
Guinness, Porter, Stout, Ale,
Lager, como ellas, rubias.

Estos dos individuos generacionales
se desbocan por separado
y son prudentes al unísono.
Confluyen en los ritmos persuasivos
marcados por las púas.
Charlan, olvidadizos, hasta que toca la campana;
bebiendo a secas,
hasta que toca la campana,
una pinta detrás de otra.
¡Hale! ¡Ale! Una pinta detrás de otra.

Se guarecen del exterior
que amargamente reverbera
en la cabeza atemperada
de un elefante adormecido.

Cuando cesa la música,
ambos salen al frío
de la calle semidesértica.
Y renuncian, aligerados,
a visitar el fin del mundo.

 

 

BIOGRAFÍA
Albacete, 1954. Es licenciado en Filología Española y está en posesión del Diploma de Estudios Avanzados por una serie de trabajos de investigación sobre la poesía española del Medio Siglo. Es un asiduo y acreditado comentarista del Postismo, neta vanguardia española. Ha sido fundador, director o consejero de diversas publicaciones. Ha participado como ponente en cursos sobre literatura y actuado como conferenciante en encuentros y congresos sobre poesía, literatura y traducción. Colaborador en numerosas revistas de literatura y en suplementos literarios, ha ejercido profusamente el periodismo literario como columnista. En la actualidad es crítico literario del suplemento Artes & Letras, del diario ABC en Castilla-La Mancha y colaborador habitual de las revistas Oropeles y Guiñapos, Campo de Agramante, Odisea Cultural y FronteraD. Tiene en su poder algunos galardones y distinciones literarias. Ha sido becado en seis ocasiones (durante el período de 1984 a 1992) por la Fundación CalousteGulbenkian de Lisboa, en razón de su interés por la literatura portuguesa, cumpliendo estancias, por este motivo, en Portugal y el Reino Unido. Becado por la Fundación Olifante, de Zaragoza, para realizar un trabajo sobre la poesía de Miguel Labordeta, residiendo en la Casa del Poeta de Trasmoz, a la vera del Moncayo. Ha colaborado con la Escuela de Escritores “Alonso Quijano”, de Alcázar de San Juan, impartiendo lecciones magistrales. Es miembro del consejo asesor de la Fundación Carlos Edmundo de Ory de Cádiz. Becado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha por la realización de una biografía sobre el poeta Ángel Crespo. Académico de la Real Academia Conquense de Artes y Letras. (De Wikipedia).
Es autor de una treintena de libros, entre poesía, ensayo y traducción de la poesía en lengua portuguesa (Cesário Verde, Camilo Pesanha, Miguel Torga, Casimiro de Brito, Lêdo Ivo, Vinicius de Moraes, entre otros autores). Además, es biográfo de Gabino-Alejandro Carriedo, Ángel Crespo, como se ha dicho, y Dionisio Cañas. En Pregunta Ediciones, de Zaragoza, últimamente ha publicado su libro de ensayos Poetas y poéticas y Las palabras son nocivas, una antología que recoge una amplia selección de toda su obra poética.

POÉTICA
La poesía no es música porque es habla.


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