Omar Fonollosa
Para Carlos Torres y Ana Usán
Me niego a veros cada dos veranos
en cenas informales de exalumnos
que festejan, chocándose las manos,
sus ascensos por buenos vendehúmos.
Confieso haberme malacostumbrado
a contar con vosotros en lo bueno
y en lo peor, sintiéndome abrazado
a pesar de la lluvia, el frío, el trueno…
Tiro los dados, mezclo la baraja,
os dejo este soneto de legado
y una lágrima fría que me raja
la mejilla, el paraguas, el tejado.
Haberos conocido es mi ventaja,
guardadme siempre un sitio a vuestro lado.