ANTOLOGÍA POÉTICA DE CARLOS BOZALONGO
De V.V.A.A., Cinco jovencísimos poetas aragoneses: (Hernández, González, Gracia, Járboles, Longás), Zaragoza, Lola Editorial,(Col. Cancanan º8),1993.
Paisaje con estrellas fugaces
Las sirenas llaman a la muerte
una vez más esta noche,
como siempre ha sido;
y la muerte viene por el aire
y tiene alas como guadañas
o espadas afiladas.
No son semillas esas bocas de niño,
no se abren para el cántico,
lunas nuevas.
Toda la noche a solas con el viento.
Y las sirenas llaman a los náufragos
y surcan el cielo águilas y tornados
en esta noche sin música posible
a solas con el aire y con el fuego.
Soles negros han caído,
una vez más,
y arden nuestros rostros por las calles.
Invierno 1990-1991
De Mitocondrias, Zaragoza, El Autor,1998 (Edición no venal. Tirada limitada)
ORACIÓN
Madre nuestra
que estás en las aguas,
que estás en la tierra roja,
que estás en el fuego de las entrañas
y en el aire preñado de cada tarde.
Escribo cada día
con la esperanza
de bendecir tu nombre, tu nombre
y tu enigma que, como el aliento,
contiene todos los nombres conocidos
y todos los nombres desconocidos;
tu nombre, que he olvidado,
pero que deshojo
cada noche
como una flor nocturna.
Vuelva a nosotros
la Tierra sin reinos
donde una vez la humanidad fue niña.
Hágase tu voluntad,
que une raíces, tallos y hojas
y enhebra con un hilo de sangre
a vivientes y no vivientes;
pero deshágase la mentira,
que arranca y niega,
pedazo a pedazo, nuestra leve
existencia.
Danos hoy,
aunque nunca haya sido nuestro,
el pan de cada día,
así como la encina o la espiga
prodigan sus frutos con la sabiduría
de quien sabe que tan sólo
se posee aquello que se da.
Y aliméntanos también con tu
Palabra,
que recrea, recompone y pare,
cada mañana,
la carne azul del mundo.
Perdónanos nuestra ignorancia
porque, cuando pedimos libertad,
debimos haber reclamado justicia.
No nos dejes confundir
la limpieza con la muerte
y líbranos del olvido.
AMÉN.
De Los dichos de la mano. Ólvega, Los dichos de la mano, nº1 , 2005.
Me gustal avarme las manos
Enjabonarlas
Abundantemente
Masajearlas
Que choquen entre sí
Como dos luchadores en la arena
Hueso contra hueso
Con energía
Pero delicadamente
Deslizando
Unos dedos entre otros
Como las piernas de los amantes en el lecho
Me lavo las manos
De la misma forma que mi padre
Con reverencia ritual
Dejando que el agua
Arrastre con suavidad la espuma
Y peine el pelo del antebrazo Aprendí
Como a todo
Mirando con ojos de niño
Las manos de mi padre
Son fuertes
Bellas
Más grandes y hermosas que las mías
Yo tengo las manos de mi abuelo
Aún las recuerdo
Suavesy un poco frías
En su lecho de enfermo
Son manos semitas
Hechas para la escritura
De Torrero,colección Hojarasca. Papeles de Casa Vigo, 2010.
TORRERO
Volver al barrio siempre es una huida
Mario Benedetti
Me piden que os hable de mi barrio
Que convoque aquí como si tal cosa
Las calles y las plazas
De Torrero de Venecia de la Paz
De los montes y de los pinares
Que convoque aquí
En este círculo de palabras mal medidas
El canal y las graveras
Las tiendas del barrio los hombres las hormigas
Ya que estamos quizá también
Debería hablaros del progreso
De las comunicaciones y de las incomunicaciones
Y aunque no huelan tan bien
Como para ser expuestas internacionalmente
De las chabolas de la cárcel y del cementerio
Ya puestos podría convocar hasta a la Historia
Pero sería tanto como hablar de la muerte
Y de los barrancos donde habita
Sin embargo lo mío
Francamente
Os lo confieso
No son las convocatorias
Ni los círculos mágicos
Nunca se me dieron bien
Las redacciones escolares
Ni mucho menos los panegíricos
Yo
Como ya os habrán advertido
Solo tengo de brujo lo que tengo
De aprendiz de poeta
Y es oír barrio
Y no puedo pasar más allá de la palabra barrio
Pronuncio sus letras
B A R R I O
Y es lo mismo que atreverse a decir Hombre
Lo mismo que abrir los ojos
Y encontrar que la mañana nos aguarda
Con las calles puestas
Con su afán
Con su mercadillo abierto
Con sus voces de mujeres y de hombres
Con su canto de canarios enjaulados
Y su olor a verdura y a tripas de pescado
Y así digo barrio
Y me sabe la boca a pan recién comprado
A pan caliente que exige paciencia
Que pide espera para entregarse
Para alimentar dos veces
Con la miga de las conversaciones
Y la corteza endurecida de la vez dada
Del lugar conseguido entre los iguales
Lo digo una vez más
B A R R I O
Lo repito y va perdiendo
Su arbitraria articulación de nombre
Y suena entonces como perro vagabundo
Suenan sus erres a autobús proletario
A aceras rotas
Donde la vida enseña sus dedos verdes
Suena a canteras y graveras
Suena a bullicio de bares y de mercados
Y en la o que lo cierra como un círculo
Suena
En suma
A vecindario
Escribo luego barrio
Y en cada letra hay un olor
Hay una tarde que se llenó de esperanzas
Lo leo
B A R R I O
Y descubro también sus sombras
Está lleno de nombres de amigos
Enrique César Susana
Juan Conchi Yolanda
Y tantos otros definitivamente olvidados
Está lleno de hombres que fueron
Padres tíos o hermanos
De profesores que sabían enseñar
Con ilusión y con sorpresa Fernando Tomás
Rosendo
Poeta de guardia en el bar Valencia
Y también Luis y Koldo y José Antonio
Y está lleno sobre todo de vecinas
Que eran madres de repente
La señora Marce
La señora Tere…
Algunos se fueron
Todos se quedaron cuando yo me fui
Y hoy que los nombro
Me llenan de sombras
De nombres y rostros perdidos
Desvanecidos sin una simple despedida
Con previsión de un luego un pronto o un mañana
Porque es fácil ser hijo
Ser hermano o amigo
Ser vecino
Cuando el tiempo nos pertenece
Cuando huele y sabe y tiene piel
Y una tarde dura lo que dura una tarde
Que puede ser toda una guerra
Toda una cacería de lagartijas
Un partido una batalla
Una conversación o un beso
Un disco de Hendrix o los Cramps
Que da vueltas en otoño bajo el humo verde del hachís
O un simple paseo con olor a caramelos
Pero siempre nos equivocamos
Siempre erramos
En las cosas que más queremos
Y el olvido las ocupa y las habita y nos desaloja
Y se escapan los rostros y los nombres
Como se escapa el autobús mientras inútilmente lo perseguimos
O definitivamente nos resignamos
Pero el caso es que no puedo engañaros
No puedo hablar del barrio que ya no habito
Son ya diez años de lejanía
Puedo eso sí
Contaros cómo habita en mí
Esa república de mujeres y de hombres
Cómo Torrero cómo la Paz me llenan de calles / me hacen plaza
Cómo siguen enseñándome a ser hombre
Con dignidad de niño que aprende a ojos llenos
Cómo me hago yo mismo barrio
Cuando tomo la palabra
Por el gusto de hablar con los prójimos
Y soy entonces el cónsul de Torrero
El anfitrión de la Paz allí donde ahora soy
Una vez más vecino
Pero para que no haya malentendidos
Antes de nada quiero que conste
De palabra y por escrito
Que de Torrero no me fui
Me desterraron por libre oposición y falta de sesera
Me exiliaron de mi vida y de los míos
Me dejaron bien claro
Que no había un lugar para mí
En sus listados de vacantes y comisiones de servicio
Bien sabes tú que ahora me escuchas
Cuánto dolor había en el recuerdo de nuestra casa vacía
Cuánta añoranza de nuestros pasos por la orilla
Del canal o los pinares sentenciados
Cómo dolía no acabar de creerse
Que un día levantaríamos de nuevo nuestra casa
Y nuestros manteles sábanas y servilletas
Ondearían de nuevo
Como banderas de nuestra patria
Allí en la calle Jaén
Sobre los plátanos y los pinos del jardín del invierno
Era el tiempo entonces de la amenaza
Del sitio / de las obras como trincheras
Aún no le habían apretado el cinturón del todo
Al Torrero republicano
Bien lo sabes tú
Cuánto dolor por la aventura perdida
Cuánto dolor por no poder sumar los brazos y las manos
Empleadas ahora allí donde el buey pace
Y olvida engordando entre arriendos e hipotecas
Así que os voy a contar
Honesta y llanamente
Un poquito
Un casi nada
Lo que coge en una mano
Un manojo de memoria cereal
Del barrio que me parió
Del barrio que me dio toda una infancia
Para vivir la vida
Y añadiré un poquito
Un casi nada
Cuatro recuerdos amados
De mi juventud de la mano
Dea quella que me acompaña
Y que dejó su barrio de Zaramaga
Para hacerse ciudadana del mundo
En la república independiente de Torrero
En la calle Palma de Mallorca se abrieron mis ojos
O eso creo
Al mundo
Y en la Paz de mi infancia
El mundo era la calle de Lucas Mallada
La huerta del Adobero
Y las graveras
Donde nacían cantando los gitanos
Nacían bailando
El cielo era la casa de mi abuela
Aunque en su infierno
La guerra dormía aún en el fondo de los cajones
De una tierra de hombres secos se vino
A la Zaragoza de las higueras de las huertas y las parras
Y encontró su casa sin saberlo
Sobre los huesos de su hermano asesinado
Sólo aquí en la Paz
Floreció su nombre de Rosa
Entre cuentos canciones y romances
Y al amor de su pecho endurecido
De vendedora ambulante de pescado
Sus palabras de adobe y flor de mayo
Sembraron en mi boca la poesía
Luego creció el mundo
Se llenó de caminos / de calles
Que eran ciudades o eran hombres
Oviedo La Coruña
Lasierra Purroy Lóbez Pueyo
Mis piernas crecieron recorriéndolas
Dibujando su geografía de tiendas colegios cines
Amigos y enemigos íntimos
A Zaragoza entonces todavía se bajaba
Y era toda una aventura de autobuses y de mercados
Aún guardaba el portero
La escalera hacia el cielo de la casa
Y de cuando en cuando la fiebre
Venía con su maletín de cuero
Y la aguja fría y certera del practicante
Don Rafael por más señas
Era el tiempo en fin de la peseta del remiendo y de la iguala
Pero qué fiesta de mujeres
De vecinas que una tarde
Deciden de repente reordenar el mundo
Y fríen / comparten rosquillas /hijos
Casan naipes
Cuentan chistes
Intercambian chitos
Crían canarios
Llenan el mundo de geranios de cactus y de clavelinas
De casas abiertas donde aprender
Que la generosidad es abundancia
Y que la solidaridad
Tiene las manos prestas
Aunque no haya sido proclamada
Una de las virtudes teologales
Tendría en fin que nombrar tantas cosas
Tendría que hablaros cuando menos
Del amor de mi madre
Cosiendo y descosiendo el mundo
De la hombría de bien de mi padre
De los otros padres obreros compañeros amigos
De mi tío que era una canción
Que era la alegría y la sorpresa de la mañana
De mi abuelo Germán
Que sigue vivo en mi sangre
Y también / ya los nombré
De José Antonio de Tomás
De Luis o de Rosendo
De los recuerdos más amados
Del amor con que mis pies recorrían tus calles / Torrero
De la mano de mi compañera
De la sonrisa de mi hijo Adur que llegó a respirar tu aire
De nuestra casa abierta a los amigos a los nuevos vecinos
A un futuro deseado
Pero sería tanto como hablaros del mundo
Como contaros cómo se ensancha el horizonte
Cuando alguien te escucha
Sería tanto como hablaros
De la voz que crece y se llena de voces y de jergas
De la libertad conquistada
De los labios menores
De edad enmudecidos ante la belleza
Del primer beso de la primera borrachera
Y de los ojos verdes del sexo
Que mudaba entonces su piel de serpiente en los pinares
Francamente
No hay vida para tanto
Y esto es
En definitiva
Con todos mis silencios
Con todos mis olvidos
El barrio que habita mi pecho y mis recuerdos
Os preguntaréis quizá
Por qué mi discurso
no hace mención al progreso
Por qué ignora deliberadamente
Las grandes expectativas
De un distrito residencial con puerto y centros comerciales
Por qué definitivamente olvidé los muertos
Ignoré la Historia
Qué queréis que os diga
Mis palabras son siempre así
Y ya os lo he dicho
Crecieron en mi boca
En el barrio que me hizo barrio
Y son un poco sucias
Siempre sin asfaltar
Sin aceras y sin vertido
Acabadas un minuto antes
De su inauguración pública
O permanentemente en obras
Y así como a mí me las dieron
Como un don
Así como llegaron a mis manos
Abiertas al hombre y a la vida
Así os las traigo y os las ofrezco y quiero
Que sean para vosotros
Palabra comunal
Conversación de vecindario
Pueyo de Marguillén, agosto de 2008
De Ahora que ya sabemos, colección Hojarasca. Papeles de Casa Vigo, 2010.
AHORA QUE YA SABEMOS
Aquí y ahora
E.J.
Ahora que ya sabemos
Que el bosque es necesario
Que es precisa la hoja
Que es necesaria la manzana
Ahora que ya sabemos
Que el dinero no alimenta
Ahora que ya sabemos que el trabajo
No es lo mismo que el oficio
Ahora que ya sabemos
Quién se queda el beneficio
Ahora que ya sabemos que los vampiros
Ven su rostro en los espejos y toman
El sol sin vergüenza
En paraísos fiscales
Ahora que ya sabemos que los pobres
Heredarán las deudas
Ahora que ya sabemos que es tan fácil
Creer en el mal de ojo como en las advertencias
De las autoridades sanitarias
Ahora que ya sabemos
Que los frentes populares
No pueden ganar unas elecciones
Sin que todo acabe
Pareciendo un accidente
Ahora que ya sabemos que los reyes
No son nuestros padres
Ni los padres de nuestros vecinos
Ahora que ya sabemos
Que el gobierno no quiere
Que los profesores hablemos
En exceso en nuestras clases
Ahora que ya sabemos que el hombre
Puede ser criado intensivamente
Gracias a los modernos
Barrios residenciales
Ahora que ya sabemos
Que Madre Patria
Son dos palabras
Irreconciliables
Ahora que ya sabemos cómo hacer
Que el deseo mate
Más que el deber cumplido
Ahora que ya sabemos
Que un crucifijo en la pared
Es un recordatorio / una amenaza para el que quiera
Montar el Cristo
Ahora que ya sabemos lo que espera
Al que desbarata los puestos del mercado
Ahora que ya sabemos
Que la Tierra tiene
Más colores que el mejor de los cielos
Ahora que ya sabemos
Dónde vive Dios
Ahora que conocemos
Dónde están las llaves de su casa
Ahora que ya sabemos que están hechas
De carbono
De hidrógeno y de oxígeno
Ahora que ya supimos Lo que es el terror
Ahora que ya sabemos
Que es necesaria la hoja / que es precisa la manzana
Que la verdad es necesaria
Cuando la mentira
Ha perdido su valor
Que nos hace falta la poesía
Ahora sabemos
Lo que tú y yo hacemos en el bosque.
23 de enero de 2009
De Robur amat vitem, vitis nos deserit roborem. Poemas para Tomás y Divina en el día memorable de sus nupcias, Zaragoza, ΤΑΡΤΑΡΥΧΟΣ, 1999.
MÉS FORT QUE LA MORT ÉS L’AMOR
Más fuerte que el hielo
es el sol que lo deshace.
Y más fuerte que el sol
es la nube que lo oculta.
Y más fuerte que la nube
es el viento que la arrastra.
Y más fuerte que el viento
es la pared que lo detiene.
Y más fuerte que la pared
es la rata que la horada.
Y más fuerte que la rata
es el gato que la persigue.
Y más fuerte que el gato
es el perro que le hace huir.
Y más fuerte que el perro
es la vara que lo castiga.
Y más fuerte que la vara
es el fuego que la quema.
Y más fuerte que el fuego
es el agua que lo apaga.
Y más fuerte que el agua
es el buey que la bebe.
Y más fuerte que el buey
es el hombre que lo gobierna.
Y más fuerte que el hombre
es la muerte que a todos se lleva por igual.
Y más fuerte que la muerte
es el amor que nos hace nuevos y distintos.
Y más fuertes que el amor
son tus ojos que ahora me miran
Carlos Bozalongo [Carlos González Sanz]. Torrero (Zaragoza), 1969. Poeta, ilustrador, diseñador gráfico, editor independiente y folklorista. Es doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de Zaragoza y actualmente reside en Pueyo de Marguillén (La Ribagorza, Huesca), ejerciendo como Profesor de Lengua Castellana y Literatura en el IES “Baltasar Gracián” de Graus (Huesca).
En su labor como investigador del folklore, se ha dedicado principalmente a la recopilación, estudio y clasificación del cuento folklórico, fundamentalmente en Aragón.
De su obra poética, cabe destacar los poemarios Mitocondrias (1998) y Los dichos de la mano (2005), así como los poemas (editados en pequeñas ediciones no venales del sello Papeles de Casa Vigo) Ahora que ya sabemos (2010) y Torrero (2010).
En 2008, con motivo de la Exposición Universal de Zaragoza, fue nombrado Poeta del Barrio de Torrero junto con Ricardo Díez Pellejero.
Es miembro de la Asociación Aragonesa de Escritores y, actualmente, subdirector de la revista Imán.