Enrique Villagrasa

                                                                                                                                                    Poeta

Creo que los pueblos del río Jiloca son esos pueblos donde las coloridas hojas caen todos sus otoños, río abajo: ahí y así se conduce nuestro caer. Creo también que son pueblos donde mujeres y hombres y asimismo Dios se citan con y en la naturaleza y su cierzo. Reflexiva conciencia de estas personas que habitan sus paisajes. Quienes con un trasfondo un poco serio y verista, aunque con un registro somardo, si cabe: o sea, sin maldad y con inteligencia y humor, se proyectan y proyectan todo sobre la multiplicidad de cosas y objetos que pueblan su mundo visible, sensible e inteligible, que es el de la experiencia humana sin ir más lejos, en estos pueblos tan singulares, que son del río Jiloca. En él están todas las cosas que están, como en la poesía: pasadas y presentes, profundas y silenciosas. Sería justo y necesario, pues, vivir la vida de este y otros pueblos de Teruel, trabajar con y por su voz, con su respiración, con y por los recuerdos de la infancia con el junco mordido, entre esos labios de futuro. Y aquí están estos y no otros poetas para que los conozcamos y leamos y con sus versos podamos conocer la vida, el amor, el dolor, la soledad, el cierzo, el frío, el valle y el río.

 Así pues, iniciamos este pequeño retrato de algunos de sus poetas con el admirado Simeón Martín Rubio (Burbáguena, 1949).Profesor jubilado de Literatura, poeta, novelista y crítico literario. También y en esos años primeros de la democracia y las autonomías en España fue Director General de Cultura y Educación del Gobierno de Aragón. Como novelista publicó Pintan bastos y como poeta son reconocidas sus Silva de varia cocción, entre otros poemarios. Como crítico cabe destacar su Paseo literario: antología de textos aragoneses (Gobierno de Aragón, 2002); los artículos Razón de un licenciado (1990) y La historia de la gloriosa Santa Orosia, de Bartolomé Palau, bachiller de Burbáguena. Notas para su lectura (1991), ambos en la revista del Centro de Estudios del Jiloca, Xiloca; y El tintero derramado: Sílaba del anochecer de E. Villagrasa, en Espéculo: Revista de Estudios Literarios, Universidad Complutense: Departamento de Filología Española de la Universidad Complutense. Está también incluido en el Diccionario de autores aragoneses contemporáneos, 1885-2005 de Javier Barreiro. Podemos decir sin temor a equivocarnos, que reconocemos el peso que tiene en su poesía y en sus escritos el existencialismo. El poeta es de formación humanista, que tal vez derive del cristianismo, pero apuesto a que es más otro, del que renace su preocupación social y testimonial, de su tierra natal Aragón y Burbáguena Estos son y no otros sus orígenes y en ellos anida su poesía, para bien de todos.

 Otro de los poetas significativos es Javier Picazo Millán (Burbáguena, 1958), quien escribe marcado por esas fiebres infantiles que pasó y por otras inconfesables razones, lean su poesía, y además por culpa de o gracias a las áridas llanuras turolenses y o las frondosas vegas del Jiloca, que le llevan al realismo irónico aragonés, desde las aulas del Colegio Universitario de Teruel, cursando la carrera de Literatura Española. Después dará rienda suelta a todos sus fantasmas, lanzando sus poemas al universo virtual, el de las redes sociales e Internet. Escribía, no sé si escribe, para salvarse, por amor a su tierra…y para dejar de ser una persona exiliada, como Edmond Jobes, sin ir más lejos. Tiene poemas publicados en la colección Serie de Literatura Miguel Artigas del Centro de Estudios del Jiloca, recogidos bajo el significativo título de Poeta exiliado en sí mismo (que recuerda al poeta José Bergamín) y el Poemario neobarroco irónico aragonés, con fotografías de Inma Gamo. Su poesía es una suerte de síntesis de su particular universo, en donde se dan cita la reflexión sobre la condición de poeta en una singular geografía, la metáfora del extrañamiento como forma y manera de ser y estar y la del lenguaje como expresión de esa cultura que todos recibimos de nuestros mayores. Un poeta que siempre está al límite, al borde de ese su abismo particular en y por la poesía.

  Olga Bernad (Zaragoza, 1969; pero con hondas raíces en Báguena). Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Zaragoza. Su último poemario es Perros de noviembre y su última publicación ha sido un libro de relatos: El polvo nihilista. Ha sido incluida en diferentes antologías, tanto de narradoras como de poetas. Ha sido traducida al griego, al francés y al árabe. También ha participado en varios libros colectivos y revistas literarias con textos propios o colaboraciones críticas, entre ellas Turia,Rolde, Estación poesía, Anáfora, Isla de Siltolá, Quimera o el suplemente cultural del Heraldo de Aragón, Artes&Letras.  Actualmente escribe una columna semanal en El Periódico de Aragón y prepara su nuevo poemario que aparecerá en este año. Creo que la poesía de Bernad es un cantar y un contar siendo, pues cantar es ser, fundirse en el verso para el otro. Aquí ella es el fuego del verso ante y por esa avidez en conocer intelectualmente y estar contra lo socialmente establecido. Ella, la poeta interpreta todo con esas sus imágenes recurrentes y sus motivos asociados: figuraciones universales del inconsciente colectivo. Creo que lo que digo se puede rastrear, esa evolución y desarrollo poético, en lo que da de sí su justa y necesaria obra.

 Juan Antonio Tello (La Almunia de Doña Godina, 1965; pero viviendo en Calamocha) es Doctor en Teoría de la Literatura y Licenciado de grado en Filología Francesa por la Universidad de Zaragoza, en estudios Hispánicos por la Universidad de Burdeos. Tiene poemarios de la talla de Umbrales de Rimbaud y ha traducido entre otros, a Julien Torma, Alfred Jarry y la poesía completa de Boris Vian. Además se ha encargado de la edición de la antología de poesía Al sur de la palabra. Poetas marroquíes contemporáneos. Su último libro de poesía En este momento que llamamos lugar está publicado en la reconocida colección Rayo azul. Fue director del instituto de enseñanza secundaria IES Valle del Jiloca de Calamocha y también estuvo de profesor de francés en el Instituto Español Severo Ochoa de Tánger. En la actualidad ejerce de profesor de francés en un instituto de Zaragoza. Es un poeta que siempre estará al lado de la palabra justa, del verso intimista y del poema lírico. Tello no hace otra cosa en su poesía que expresarse con naturalidad y de manera consecuente. Siendo fiel a su voz que es muy valiosa y se distingue por doquier, pues ha sabido conectar con lo mejor del Jiloca y del Mediterráneo; y a la vez ser fiel a los solitarios y marginados. Una voz poética con enjundia, esencial y necesaria.

Sofía González Millán (Teruel, 1975), es poeta, escritora y Licenciada en Psicología. Vivió sus primeros 17 años en Burbáguena, después se trasladó a Valencia para estudiar la carrera universitaria de Psicología. Su relación con la poesía fue temprana, a los 16 años ya ganó el primer premio de poesía organizado por el Instituto Valle del Jiloca de Calamocha. En 2010 creó el blog “Reto: una poesía cada día”, donde escribió un poema cada día durante un año. Participó, también en ese mismo año, en el Recital de Poetas Jóvenes con la lectura de sus obras, organizado por el Patronato Municipal de Educación y Bibliotecas del Ayuntamiento de Zaragoza y la Asociación Aragonesa de Escritores. Posteriormente publicó en la revista Alhucema el poema “Tristeza de madre”. Ha participado en el libro Uni-versos para Somalia, de la editorial Quadrivium, con el poema “Latidos en la espalda”. Posteriormente vio publicado otro de sus poemas en la revista Librújula, titulado “Poema 2020”. En la actualidad vive su pasión por la poesía en Burbáguena y colabora en el Diario de Teruel con una columna de opinión, semanal, titulada Desde Burbáguena con amor, que se publica los sábados. Tiene su poesía esa búsqueda del abrazo del árbol, de la naturaleza, ese algo o ese no sé qué indefinible que nos deja balbuciendo, captado más por la intuición que por la lógica, que anida y se desarrolla y vive en quienes persiguen la poesía.

Para terminar este pequeño recorrido por algunos poetas del Jiloca, no todos, y su devenir literario, no puedo ni debo dejar de citar al profesor Francisco Lázaro Polo, quien en sus artículos Ecos literarios del valle y El agua: un tema literario y folklórico en la Comarca del Jiloca, da buena cuenta y de la actividad literaria que se desarrolló y desarrolla en el valle del Jiloca, desde tiempos pasados a nuestros días, que no deben dejar de leerlos. En la citada revista Xiloca los encontrarán.


GRACIAS POR ACEPTAR nuestras cookies, son simplemente para las estadísticas de visitas en Google.

Ver política de cookies
 
ACEPTAR

Aviso de cookies
Ir al contenido