Celia Barrio Marcén
I PREMIO DE INVESTIGACIÓN CLEMENTINA PALA LABASA (2020)
CONSUELO GIMÉNEZ DE BUEN,
UNA ZUFARIENSE ENTRE LAS PÁGINAS DE VIDA NUEVA.
SINOPSIS
Bajo el pseudónimo de Zenemig y Una socialista, Consuelo Giménez De Buen escribió
varios textos periodísticos que fueron publicados entre enero y abril de 1932 en Vida Nueva,
publicación semanal de cuatro páginas vinculada al Partido Socialista y a la UGT de la
provincia de Zaragoza.
Un análisis pormenorizado de este corpus ha permitido detallar algunos aspectos
desconocidos de su vida, así como una ideología política fuertemente asentada en los
principios marxistas. Sus palabras pretenden movilizar a las mujeres del entorno rural que,
como ella, vieron un nuevo horizonte de libertad con la llegada de la II República, que pronto
se tornaría oscuro con la explosión de la Guerra Civil Española.
CAPÍTULO I
ESTADO DE LA CUESTIÓN
La pretensión de este trabajo que se presenta bajo el título Tras la firma de Zenemig
en Vida Nueva, persigue dos objetivos fundamentales. El primero de ellos es descubrir quién
se encuentra tras este pseudónimo que, como ya adelantamos, es Consuelo Giménez de Buen,
costurera, madre de seis hijos y socialista de la villa zaragoza de Zuera, que publicó cuatro
artículos entre enero y abril de 1932 en la publicación Vida Nueva, vinculada a la UGT y al
Partido Socialista en Aragón. El segundo de los propósitos planteados en esta investigación
es analizar el contexto de creación literaria, analizando todos los pormenores que se pueden
considerar relevantes para entender la temática, el tipo de discurso o la utilización de una
estilística determinada. De esta forma, no será una cuestión baladí conocer cómo era la prensa
entre 1931 y 1936, más exactamente, la prensa de corte político y sindical en Aragón.
Como se podrá comprobar, son muchas las publicaciones que, como Vida Nueva,
aparecen al calor de la revolución sociocultural que trajo consigo la II República y que se
sumirán entre las sombras tras el alzamiento militar del 18 de julio de 1936.
Sin embargo, antes de comenzar esta investigación, ha sido necesario poner sobre la
mesa algunas cuestiones de vital importancia para su desarrollo. ¿Quién fue realmente
Zenemig? ¿Cómo tenemos la certeza de que se trata de Consuelo Giménez de Buen? ¿Qué
patrones políticos, culturales y literarios se pueden traslucir en su discurso?
No hay que pasar por alto que, como muchas investigaciones filológicas, esta se ha
iniciado por un hecho fortuito. Durante la preparación de una intervención sobre La mujer en
la Zuera republicana organizada por la Asociación de Mujeres Progresistas 8 de marzo de
Zuera, fue necesaria la inmersión y la relectura de algunos libros sobre este periodo. Uno de
ellos, fue Rueda, rueda, palomera1 libro editado en 2008 y que, durante varios años, llevó a
Luis Mateo y Raúl Palacios a investigar sobre la Villa de Zuera entre los años 1923 y 1936.
Este extenso trabajo ha resultado vital no sólo para la contextualización del espacio y el
periodo de creación, sino para leer, por primera vez, a Zenemig:
La primera muestra reveladora de la firme decisión de movilizarse que estaban adoptando las
mujeres socialistas zueranas fueron los artículos firmados por una joven que se identificaba únicamente
como ZENEMIG (presumiblemente la palabra Giménez al revés) y que fueron publicados en el ya
conocido Vida Nueva en enero y abril de 1923. Que se sepa, se trata de los primeros artículos de corte
político escritos y publicados por una activista femenina del pueblo de Zuera2.
Aquí se encontraba el primer dato que podía resultar “familiar”, aunque la información más
reveladora estaba sólo unas páginas más delante:
Los escritos de ZENEMIG denotaban una buena formación intelectual y una conciencia
política bastante bien formada, dos factores que no resultaban nada habituales en el panorama femenino
a comienzos de los años treinta, y muchos menos en un pueblo como Zuera. Desde luego, ZENEMIG
era una mujer excepcionalmente preparada para la época. No hemos podido llegar a saber su identidad
real, y nadie parece adivinar quién podría esconderse tras ese GIMÉNEZ escrito al revés. El 2 de julio
de 1932 vería la luz un tercer artículo, sin lugar a dudas obra también de es misteriosa ZENEMIG,
firmado esta vez de forma atípica, por “una socialista”3.
La lectura detallada de estos artículos en la excelente digitalización de Vida Nueva,
coordinada desde la Fundación Benito Aladrén, permitió relacionar varios aspectos que
llevarían a dar con el quid de la cuestión inicial.
En primer lugar, GIMÉNEZ era el segundo apellido de Eugenio Marcén Giménez,
quien siempre había relatado la participación de su madre en mítines políticos y jornadas
culturales celebradas en Zuera durante los años de la República4. Entre otros asuntos, esto fue
o que llevaría a la persecución del marido de Zenemig, Luis Marcén Pérez, y a su posterior
fusilamiento en agosto de 1936, junto a otros vecinos de la localidad. Este trágico
acontecimiento hizo que Consuelo Giménez de Buen tuviese que huir a Zaragoza, donde
permanecería oculta durante años en casa de unos familiares junto a sus hijos más pequeños.
En segundo lugar, Consuelo tenía una formación intelectual poco habitual para una
mujer de la época. Entre otros aspectos, su madre, Gertrudis de Buen Bosque, fue maestra y
su padre, Francisco Giménez, fue veterinario de la Villa de Zuera. Este es otro dato que
resultó esclarecedor para determinar que quien se escondía detrás de Zenemig era Consuelo
Giménez de Buen. El tercer artículo que se reproduce en Rueda, rueda, palomera y que se
recoge en la sección del periódico De Zuera, viene acompañado de otro texto que, aunque sin
firma, hace referencia a un Acto civil donde se dieron sepultura a los restos del que fue
veterinario de este pueblo. Falleció el 14 de julio de 1927 a consecuencia de sus esfuerzos
por salvar la vida de unas pobres mujeres5, dato objetivo que, sin lugar a duda, señala a este
como Francisco Giménez, padre de Consuelo. Además, recuerda cómo Sus hijas
agradecieron, con lágrimas en los ojos, la emotiva ofrenda, otro dato objetivo que se puede
contrastar ya que el matrimonio de Gertrudis y Francisco tuvo tres hijas: Consuelo, Pilar y
Rosalía, quienes residieron en Zuera y Zaragoza durante esos años.
Un último dato que resultó relevante fue que, tras comentar este hallazgo con
familiares y amigos de Consuelo, Aurea Oliva detalló que Consuelo siempre leía el periódico
del derecho y del revés, le encantaba buscar mensajes ocultos6. Así que estaba claro que esos
cuatro textos publicados en Vida Nueva en 1932, dos de ellos firmados como Zenemig, uno
de ellos como Una socialista y otro de ellos, sin firmar, pertenecían a la pluma de la
zufariense Consuelo Giménez de Buen.
La primera tarea de esta investigación fue la de crear la biografía de esta mujer que,
en el año de publicación de los textos, tendría 42 años y seis hijos. La reconstrucción de su
vida no ha resultado sencilla dada la escasez de documentación escrita y a que la base de esta
trayectoria vital se ha fundamentado en testimonios orales de su hijo Eugenio, de sus nietos y
de algún vecino que convivió con ella. En cambio, sí han podido encontrarse datos objetivos
de gran fiabilidad a través del Archivo Histórico de la Iglesia de San Pedro Apóstol de Zuera.
Al consultar algunos datos sobre Zuera que la propia publicación de Vida Nueva recogía, ha
resultado prácticamente imposible no hacer suposiciones sobre la implicación de Consuelo en
la vida política y cultural de su pueblo, pero, como se menciona, no serán más que
suposiciones.
Una segunda fase de la labor investigadora ha consistido en la contextualización de
los textos para entender el contenido de estos y el tipo de discurso utilizado. Seguramente,
algunos de estos textos fueron concebidos para ser declamados en público, dada la clara
estructuración y el tipo de progresión temática que sigue en cuanto a la utilización de
argumentos. No cabe ninguna duda de que poseía una clara formación librepensadora y que
era una ávida lectora ya que dominaba a la perfección el arte de la oratoria.
Son muchos los frentes que se abren con este TFM y que, de momento, se centrarán
en el análisis de los cuatro textos publicados en Vida Nueva entre enero y abril de 1932 con
una clara pretensión: movilizar a las mujeres y agitar sus conciencias como madres, como
mujeres y como hermanas, con un discurso directo y muy vivo que propone alejar a los hijos
de la enseñanza que está de manos de la Iglesia porque sólo así se formarán como ciudadanos
libres.
Se trata, como bien hemos mencionado, del análisis pormenorizado de cuatro textos
periodísticos que se atribuyen a Consuelo Giménez de Buen, cuya temática está en
consonancia con las ideas que el Bienio Republicano difundió por todo el territorio español y
que corresponden a los años de mayor esplendor de la II República. La efervescencia cultural
que, en parte, fue provocada por los cambios en la educación, no pasó desapercibida para esta
zufariense quien, posiblemente, participó activamente en las conferencias organizadas por la
Asociación Artística-Zufaria donde pudo ostentar el cargo de secretaria y bibliotecaria.
El papel de la mujer, la educación y el anticlericalismo son las señas de identidad de
los textos de Zenemig, que ve en el discurso político que Vida Nueva le brinda, un
instrumento perfecto para acercar la ideología socialista a las mujeres que, como ella, viven
en el medio rural.
1 MATEO OTAL, Raúl y PALACIO PILACÉS, Luis Antonio: Rueda, rueda, palomera, Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica de Aragón, Zaragoza, 2008, p. 200.
2 Ibídem, p. 208.
3 Ibídem, p. 211.
4 Testimonio de Eugenio Marcén Giménez, 15 de marzo de 1999.