LAS ESTRELLAS
Era una noche llena de estrellas
¡Yo quiero la más grande!
Están todas, mira se ven hasta las constelaciones.
Hay algunas más grandes otras más pequeñas y otras que ni se ven pero están.
¡Yo quiero la más grande! ¡La que más brille!
Esa será la mejor. La que me dará la felicidad.
¿Tú crees?
—Claro, conteste: como la casa más grande, el coche más grande….
Cuidado con el mundo de las apariencias. Tendrás que distinguir entre estrellas que deslumbran y otras que iluminan, la estrella más pequeña, que puede pasar desapercibida, te puede iluminar tu camino.
EL TREN
Perdí el tren
Corrí como nunca, se escapaba el tren.
Agobiado, sin aire
¡He perdido el tren! Exclamé entre lágrimas
Has perdido ese tren le contestó una voz
Pero llegará otro, con otras paradas…
LA SOMBRA
Una tarde junto a su amigo empezaron a correr detrás de sus sombras, iban saltando en cada una que aparecía, la de un árbol, una papelera, una estatua… era divertido.
De pronto, paso una anciana y al fijarse en su sombra no correspondía con ella, ¡era una bailarina!
Miro a la señora asombrado.
Al volver a mirar esa sombra, ya no estaba.
Señora
¡Su sombra era una bailarina! —le contesté.
Me miró con ternura, puede ser, yo en mi corazón sigo siendo la bailarina que fui, proyectamos lo que somos y sentimos.
En la vida sin luces no hay sombras, somos dueños de nuestras sombras y de nuestros sueños.
LA FLOR
Pensó que la flor más bonita tenía que estar lejos de aquí.
Se fue a la India, recorrido kilómetros desde Asia hasta África. Viajó por todo el mundo.
Sentía tristeza de cómo no poder encontrarla.
Después de unos meses volvió abatido a casa.
Cuál fue su sorpresa que en el parque donde jugaba de pequeño ahí estaba la flor.
He encontrado la flor, estaba aquí, ¡cómo no haberla visto! —exclamó.
A veces lo más bonito y necesario está más cerca de lo que creemos, pensó.
Quizás lo más bonito, esta al volver la esquina, o enfrente de nosotros.
Quizás no hacía falta coger tantos vuelos…
Cuentos breves
Isabel Gil 03124995-P