Escritora y licenciada en Filosofía y Letras, Luisa Miñana ha publicado tanto poesía como narrativa, así como diversos artículos de investigación sobre la historia y cultura aragonesas. Su trayectoria está definida por su interés en la interrelación entre la escritura y las tecnologías de la información. Es autora de las novelas Pan de Oro (2006) y Proyecto Pop-Pins (Limbo Errante, 2017), el libro-blog La arquitectura de tus huesos (http://laarquitecturadetushuesos.wordpress.com, 2008-2009), y los poemarios Las esquinas de la Luna (2009) y Ciudades inteligentes (2014). Ha publi­cado textos propios, reseñas literarias y artículos en diversos medios. Ha dedicado varios años a la investigación en Historia del Arte (en concreto a la escultura del siglo XVI aragonés). En esta ma­teria ha participado en diferentes trabajos en publicaciones y revistas especializadas, incluyendo la monografía El retablo aragonés del siglo XVI. Estudio evolutivo de las mazonerías (1992). Entre sus actividades en pro de la literatura, ha formado parte del equipo fundador de Sabara Editorial y Literaturame.net y coordinado el programa de radio Electroletras en teafm.net y Escribit. Ha for­mado parte de la Junta de la Asociación Aragonesa de Escritores y participa asimismo en los conte­nidos de las revistas Imán, Narrativas y en El Cronista de la Red, entre otras. Premio Imán en 2015, escribe un blog sobre discapacidad llamado Un blog para Daniel (http://unblogparadaniel.blogspot.com).

Luisa Miñana Revista Iman 24

fotografía: Vicente Almazán

ENTREVISTA

NARRATIVAS: ¿Cómo resumirías tus comienzos literarios y el camino recorrido hasta ahora?

LUISA MIÑANA: Como tantos, durante los años de Universidad, yo quería dedicarme a escribir. A escribir de todo: poesía, teatro, narrativa, artículos … Bueno, conseguí hacer algunas cosas en el ámbito universitario y luego se sucedieron un buen montón de años de otras cosas, aunque nunca lejos realmente de la escritura (que, como se comprende, no sólo es escribir en sentido es­tricto). Así que cuando pude publicar tuve la sensación de que había sucedido «a pesar de to­do». Y sigo un poco igual. La escritura es muy exigente con quien la practica, es muy auto-fagocitante. Y, sin embargo, contradictoriamente, a la mayoría de los escritores ni la propia vida personal ni las condiciones generales del espacio cultural les permiten alimentarla como se de­biera. Así que yo siempre tengo la sensación de ir subiendo un camino en cuesta. Pero, como en­tiendo lo que sucede, lo llevo relativamente bien. Trabajo a mi ritmo y recibo de los lectores el eco suficiente como para no sentirme huérfana. Es algo que agradezco mucho a esos lectores.

N.: Has escrito tanto narrativa como poesía, así como artículos y textos que entrarían en el gé­nero del ensayo. ¿Qué dirías que tienen en común los textos que publicas dentro de cada género y qué te aportan como escritora?

LM.: A mí me gusta pensar que es posible ejercer cierta transgresión con cada género; dotar a cada uno de ellos de elementos y rasgos que pensamos propios de otro género distinto. Pero también es verdad que el impulso creativo en poesía no es igual que en narrativa, sea ésta de fic­ción o no. Por alguna razón yo necesito atender a estos distintos impulsos, y normalmente lo hago de forma paralela. Siempre digo que me gustan mucho los procesos de trabajo, disfruto con ellos (aunque se pase mal a la hora de escribir), y creo que por eso me siento bien yendo de una fórmula a otra.

En cuanto a lo que tienen (o creo yo que tienen) en común, necesariamente han de ser mis preocupaciones, los temas que me ocupan en mi vida diaria y también sobre los que reflexiono, leo, etc., y una actitud ante ellos de indagación, creo, de investigación y búsqueda de compren­sión: se puede investigar con bases de datos, pero también con la imaginación y las metáforas.

N.: Una de las características de tu actividad como escritora es tu interés por las nuevas formas de literatura transmedia y las posibilidades que ofrece en general la escritura electrónica.

LM.: Así es. De entrada no hay que renunciar a ninguna herramienta, y la literatura no puede quedarse al margen de la evolución digital de la humanidad. Además, si me siento comprometida con esta disposición a la indagación, de la que hablaba antes, es fácil comprender mi interés por conocer las posibilidades de la escritura electrónica y de su relación con otras expresiones creativas en los entornos digitales.

  1. Al hilo de lo anterior, una de tus obras más emblemáticas es La arquitectura de tus huesos, donde combinas textos llamémosles convencionales con imágenes, escritura electrónica e hiper­texto. ¿Se puede decir que hay parte de experimento en esa obra o tenías muy claro adónde querías llegar al iniciar ese proyecto?

LM.: La arquitectura de tus huesos se llevó a cabo ya hace unos años (se termina el proceso en Internet en abril de 2009). Yo tenía un conjunto de relatos terminados. Los temas que aparecían en algunos de ellos (metamorfosis extrañas, vidas virtuales, redes sociales, etc.) me llevaron a pensar en la posibilidad de subirlos a la red y contextualizarlos, mostrar las referencias previas personales o colectivas que yo entendía podían estar en la recámara mental. Una vez que decido hacer esto, sí que queda definido cómo va a ser el trabajo y cuándo va a terminar.

N.: Tu última novela, Proyecto Pop-pins, tuvo también su origen en un proyecto previo que se inició como transmedia. ¿Tienes intención de continuar este proyecto con nuevas aportaciones digitales? ¿Se trata de una idea en continua construcción?

LM.:Es posible que se incorporen elementos nuevos. No en la parte novelada, pero es bastante probable que aparezcan anotaciones en el blog del «makingon», o en los audios… Tampoco me lo planteo de forma necesaria ni inmediata. Lo voy a dejar un poco a su aire, o al mío, vamos. El texto novelado contiene muchas huellas de la realidad, aunque están muy retorcidas y deformadas de manera completamente consciente y buscada. Ese es el genoma con el que se construye todo el artefacto, borrar la transición entre ficción y realidad. Y en base a ello ocurrirá que se produzca las aportaciones nuevas, o no.

N.: ¿Qué te gustaría que el lector encontrase en tus libros?

LM.:Ojalá no suene pedante ni tonto: preguntas.

N.: ¿Qué importancia le das al estilo a la hora de escribir?

LM.:Pues mucha, mucha. No me vale cualquier forma de decir, ni me vale siempre la misma forma. Me interesa que la personalidad de la escritura, que debe existir, esté muy equilibrada con el tono y la formulación del lenguaje que requiera la historia, el poema. Sé que no se consigue siempre. Pero perseguirlo, se puede perseguir.

N.:¿Qué hay en la cabeza de Luisa Miñana antes de ponerse frente a una hoja en blanco? ¿Có­mo concibes tus historias?

LM.:Yo creo que tienen que ver siempre con alguna inquietud personal, directa o indirecta. No pienso en relatos en función de personajes. Pienso en relatos, historias o argumentos que quiero contar, cosas que quiero compartir. Y a partir de ahí intento delimitar los elementos que necesito manejar, tanto contextos como personajes, detalles, lenguaje, estructura… La preparación de todo ello es una fase tremendamente importante para mi, porque, como ya he dicho, considero que los procesos son determinantes, y recorrerlos es apasionante. Enfrentarme a la hoja en blanco (ahora casi siempre pantalla en blanco, tras de la cual permanece abierta de forma constante una ventana al mundo), me suele dar bastante pereza y también un poco de miedo, es así. En la cabeza todo funciona, pero luego el escenario del papel o la pantalla tiene sus propias leyes y la versión de la historia cambia, el proceso ya es otro. De alguna manera, siempre crees que al tramar el mecanismo el trabajo ya está medio hecho. Pero, claro, para nada es luego así. Sobre la hoja o la pantalla hay que rehacerlo casi todo, al menos traducirlo a ese escenario que ya es el primer lugar extraño a tu cabeza en el que el relato ha de vivir.

N.: Como lectora, ¿cuáles serían tus preferencias en el terreno de la narrativa en español y tus autores favoritos?

LM.:Pues tengo que reconocer que me resulta complicado actuar única y puramente como lectora ante cualquier narración. Porque también como lectora me interesa lo mismo que como escritora, y lo que me interesa en una primera instancia de un autor o de una obra es aprender y pasarlo bien aprendiendo. Reconozco que, si eso no sucede, tiendo a aburrirme y la lectura se me hace más costosa. Bajo este paraguas caben muchos autores, porque con los años, y yo ya voy teniendo algunos, las exigencias de aprendizaje personal han ido evolucionando, claro. Hay autores canónicos que me ayudaron mucho hace tiempo, y por ello mismo siguen formando parte de mi background: Galdós, Valle (en Tirano Banderas), Alejo Carpentier, Martín-Santos, Rulfo, Sábato, Juan Goytisolo, Piglia… Mis inclinaciones últimas estarían, por ejemplo, en Rivera Garza, Paula Oloixarac, Patricio Pron, Yuri Herrera, Mónica Ojeda; me interesa mucho la hibridación entre novela y ensayo de Remedios Zafra, y las fórmulas de narrativa digital de Doménico Chiappe e Isaías Herrero.

N.: Por último, ¿en qué proyectos literarios está ahora trabajando Luisa Miñana?

LM.:En diferentes fases de desarrollo (que no tengo ni idea cuánto se dilataran) voy completando dos proyectos poéticos que considero muy diferentes, y recientemente he atrave­sado ya la frontera de la pantalla en blanco en otro proyecto de narrativa, que en principio solo la he pensado para formato libro, y que tiene una atmósfera próxima a la ciencia ficción, aunque este tema de los géneros y las etiquetas no me gusta demasiado, pero, bueno, así supongo que nos situamos todos un poco en un primer nivel de comunicación sobre el trabajo. El texto que sigue a esta conversación son los primeros párrafos de esa nueva novela, todavía en su primera y embrionaria redacción. He querido compartirlos con los lectores de Narrativas para hacerles, precisamente, participantes del proceso de trabajo. Cuando la novela esté terminada (crucemos los dedos), podremos comparar y añadir así un valor más a la relación entre lectura y escritura. Por otro lado, y para finalizar, en fase preliminar, esa en la que solo estás dándole vueltas a algo, estoy pensando en otro proyecto que me gustaría mucho desarrollar en torno a la diversidad funcional, que es un tema de preocupa­ción y ocupación personal, y que me interesaría inscribir y escribir en un tono entre el ensayo y la autobiografía. Pero, poco a poco, poco a poco.

Luisa Miñana
Barcelona (España)

http://luisaminana.es


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