Escuchadme un minuto y poco más, por favor.
No voy a hablar del desorden arquitectónico
Ni de las fábricas solitarias que echan humo como locas
Ni del poco sentido común del hombre
Porque hoy, miro a mi alrededor y me enamoro de todo
Porque sin vosotras y vosotros no estaría aquí creyendo en la poesía
Porque no sé que tiene Veruela y su monasterio
Y es que, miro a mi alrededor y me enamoro de todo
De tu mirada
De su sonrisa
De la voz matinal de mi marido y sus besos que llenan las mañanas
De los mayores que vuelven al tacata
De las manos, que trabajan
Y es que, miro a mi alrededor y me enamoro de todo
De las nubes que tiran agua llenando charcos
De los rayitos de sol que llegan desde Ainzón
De la luna, que el día 23 será nueva
Y es que, miro a mi alrededor y me enamoro de todo
De la fantasía que me excita llevándome al orgasmo
Del creador de las sombras que calienta mi espalda
De los abanicos que bailan prisioneros en las manos
Miro a mi alrededor y me enamoro de todo
De la fiesta de las libélulas, esos caballitos del diablo
De los aplausos que suenan como gotas de lluvia sobre el asfalto
De la campana que anuncia el fin de una agonía
Hoy miro a mi alrededor
y me enamoro de todo…