Poemas para la revista Imán
Los días contados
Arder como las hojas lo hacen a la luz
La constante de viento que remueve
El fragor del susurro
La hondura de lo oscuro
La nieve tiene nombres que ama el silencio.
……………………
Hay límites que solo guardan tus manos
Luces que se abren tras tus huellas
La humedad es una canción que conoces
Suena en la voz ronca de las caracolas
El océano tiene razones que solo nombran las mareas
y hay ciertas miradas que saben leer en el agua
Después del ocaso nos quedó un aroma a hierba recién cortada.
Poema de Calafell
Calafell
No duermo y escucho cómo lloran los niños.
Escucho cómo gritan los viejos.
Escucho cómo suenan las campanas del Laudes.
Escucho cómo cantan salmos y plegarias.
No duermo, tengo cinco años o seis y no duermo,
solo escucho en la noche las larvas
dirimiendo su festín.
Sé que soy afortunado, el único afortunado.
Puedo andar por todas las estancias
y recorrer las dunas,
no necesito que me den de comer,
que me aseen, que me vistan.
Solo obedezco y vivo al margen de este infierno.
Recojo sin saberlo la tristeza y el dolor
mientras la palabra soledad
es algo inherente a respirar.
La muerte se posó en mi mano,
me dejo ese frío áspero de una piel joven.
Él no volverá a preguntarme nada
sobre las olas y los barcos.
No duermo, pero sé que soy el más libre,
el afortunado…
Mientras afuera hay una tormenta
que nos hace llorar a todos los niños.
…………………
Poemas de Pavana del silencio
Siempre la soledad va prendida al espacio.
Lugares habitados por recuerdos,
campos sembrados
tras la besana de las desapariciones.
Hurgo donde siento los aromas
que rodean mi infancia,
y escucho los cantos de los pájaros
que rehacían la primavera.
Las palabras perviven
y son acercadas por un rayo de luz
que de repente te desarma.
Mientras tu memoria te ancle a los recuerdos,
nunca estarás solo
…………………
La ausencia es un tren
donde viajan quienes ya no nombramos.
Acaso el pertinaz dolor es verdadero.
Cada momento de recuerdos
conjuga una sintaxis de verbos desechados,
como flores secas
entre los viejos poemas.
Ya no responden los teléfonos
ni las direcciones tienen nombre.
No hay lugar para “el otro”.
Es tiempo de amianto.
Habrá una maleta solitaria
dando vueltas en una cinta transportadora.
No importa el aeropuerto o la estación.
No importa la ciudad.
Abandonar es también perderse sin mirar atrás.
……………..
Poemas de Paisaje
Aquí estoy
en la luz cegadora.
No sé qué hacer
desnudez mía
…
Leonard Cohen
Encuentro registros, huellas, voces,
restos de viajes incompletos
y mi cuerpo desnudo,
como el alma,
frente a mi corazón.
He visto caer astros sobre el río,
o es posible que fueran
parte del sueño
de vivir frente a mí mismo.
Nada me hace creer en el olvido.
Pienso, siento, recuerdo.
Pronuncio una sílaba tras otra,
versos sin melodía
y caigo…caigo…caigo
¿Me habré olvidado de algo?
Sin saberlo he prendido un ángaro,
incendiado el viento altano y marino,
atada, mi pobre anatomía,
a la luz cegadora,
a la branza de un nombre.
…………………….
Elevas tu querencia.
Respiras y sientes
que eres parte de un paisaje.
Habitas la tierra,
que se hace fértil ante tus ojos.
Eres la casa,
etapa del camino,
la umbría en la arboleda,
el viento en el cañaveral,
parte del cerro alto,
la ruina del castillo,
dovela en un arco del puente de piedra,
bullir de pájaros al atardecer.
Y también eres
las estrellas que parecen inmutables
y se dibujan cada noche
cuando contemplas
desde tu ventana
un mínimo fragmento del universo.
Poemas de la Fórcola
De niño me demoraba en las cosas pequeñas.
La vida tenía una carcasa azul y un baúl repleto de misterios.
Tal vez sobre mi voluntad de crecer
quedaron las calles vacías,
nadie esperándome en las tardes de verano
cuando me escapaba de la siesta,
mi puño cerrado
conteniendo un tesoro,
dos o tres monedas de dos reales
para recorrer los limitados lindes de mi vida.
¿Podéis creer que todavía siento su tacto en mi mano?
………………..
Como una ligera ceniza incandescente
cae la noche lenta.
Vengo solitario
a rendirme frente al crepúsculo,
yo también lumbre perdida ante la oscuridad.
Quebrada la palabra por la duda,
un hombre se hace sombra de sí mismo
al sentir lo perpetuo,
la eternidad de noches y de días,
sin reposo.
Silencio y contemplación,
brotes en las huellas del invierno.
¿Sabes el valor de la piel de la oscuridad?