(Piedrabuena, 1947) es poeta de tiempo reciente, publicó su primer libro, Salvo de ti, hace ahora justo 10 años. Desde entonces ha dado al papel algunos más. Y ha obtenido con ellos ciertos reconocimientos públicos, como los premios Jovellanos, Leonor y José Hierro con títulos como Calygrafías, Cuerpo, casa partida y Paisaje (en tercera persona)
En diversos lugares ha dejado escrito que la poesía debe actuar señalando los lugares del conflicto con leves trazos de tiza. Que no debe abundar ni remarcar con decisión excitada. Que la luz y la sombra, los deslumbramientos y los eclipses deben ser tamizados por la mano del poeta hasta lograr que ninguno sofoque al otro.
Y que el poema debe crecer, caminar, atravesando veladuras, mas en el cuido de que tras su paso no queden rotas. Palabras, pausas y silencios deben jugar con la tensión y la música que entre ellos tienen tramadas. Y memoria. Y mirada. Y si es preciso, contar, pero sin abuso.
- Poemas (Imán, número 14)