Han Dong

Han Dong Dossier 7 Revista Imán 23Escritor, poeta, dramaturgo, cineasta, autor de numerosos libros de narrativa, ensayo y poesía. Nació en 1961 en Nanjing donde reside hasta la fecha. Desde principios de los años 90 se dedicó a la escritura; algunas de sus reflexiones sobre el significado de la creación literaria se han vuelto emblemáticas, como la afirmación que “la poesía no va más allá del lenguaje”. A finales de la década de los 90 se volvió una de las figuras principales de la corriente literaria de la fractura (duanlie). Ha sido editor y colaborador de diversas revistas literarias como Tamen [Ellos] que fue prohibida en 1995. En años recientes ha incursionado en el cine y el teatro; en 2019 se estrenó su obra dramática Rumores engañosos. Entre sus obras en prosa más importantes están las novelas Raíces (2003), Tú y yo (2006) y La metamorfosis de un joven ejemplar (2010), al igual que las colecciones de cuentos Mi Plato (2000) y Seis cuentos cortos (2016). Es autor de los poemarios Mi padre me mira desde el cielo (2002), Ser humano de nuevo (2013|), Ellos (2015) y la antología Has visto el mar 1982-2014 (2015). Su libro más reciente Cincuenta mil palabras es una colección de ensayos, discursos y publicaciones en línea.

 

 

 

 

 

 

 

Noche en el área de epidemia

En el área de epidemia, de noche vi un perro
que volcó los cubos de basura
                y siguió corriendo por un camino recto:
imperturbable, a un ritmo bien acompasado,
                engreído como si fuera el rey del mundo…
Parecía un recorte de viento gris,
aceleró sobre la autopista libre para él solo.
Nos sentimos solos porque no hay otros
que nos acompañen,
y en la soledad de él
no había hombre ni perro que lo acompañara.
Si no hay otros, sentimos una alegría
                que en el caso del perro es ciertamente doble.
Gris era el viento, y las estrellas tan brillantes.

28 de enero de 2020

Otra especie

El terror ha dominado a cada persona aquí.
Antes de morir dejamos las avenidas desiertas.
Miramos desde de las ventanas, pero
nadie se percata que estamos detrás del vidrio.
Desde casas y cavernas, todos y cada uno
estamos viendo un mundo desolado
hundimos las miradas en el insondable vacío
de un pozo gigantesco
Encima de él, un poco más allá,
en medio de la vegetación resplandeciente,
dos campesinos están trabajando la tierra.
Como seres inmortales u hombres de épocas antiguas.

4 de febrero de 2020

Desconfinamiento

Por fin regresamos a casa, y poco después ya extrañábamos
el cuarto de hotel en aquella ciudad pequeña,
ese lugar del que, con todo el corazón, queríamos irnos.
Parece que los días de confinamiento no acaban,
la gente de cabello gris y piel terrosa aún vive allá.
Fue tan doloroso como haber abandonado a mi mujer…
No es cierto, en aquel momento ella estuvo a mi lado;
el viento sobre la autopista desmelenaba su pelo
                que llevaba ya dos meses sin cortar.
Más bien fuimos nosotros quienes abandonamos
a las sombras acumuladas
durante dos meses de estiramientos, sueño y cavilación.
Me pregunto si van a conversar o a pelearse,
o sólo a compartir la comida en silencio,
mientras la depresión en medio de la cama
                poco a poco vuelve a ser llanura,
ya que las sombras no tienen peso.
¿Habrá quién mire a través de la ventana
la canola en flor que reluce en la lejanía?
En el cuarto oscurece, mientras afuera todavía hay luz.
Cada día el mundo se sume en la negrura
                pero nunca de golpe, nunca del todo…
Lentamente desciende el ocaso, el alba despunta lentamente,
igual que mi memoria que se pierde y renueva poco a poco.
El terror y el amor de aquel cuarto
                también se desvanecerán sin dejar huella.

3 de abril de 2020


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