separadorPor Emilio Quintanilla Buey 

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Rosendo Tello. II Jornadas. CartelLa Asociación Aragonesa de Escritores viene organizando, desde el año 2009, unas jornadas dedicadas a reconocer la ejemplar trayectoria literaria y docente de su presidente de honor, Rosendo Tello Aína, un poeta excepcional en el que concurren sobradamente las circunstancias para haber sido incluido con todos los honores y merecimientos en el denominado Grupo poético de los 50, a la altura de Gamoneda, Caballero Bonald o Claudio Rodríguez, por citar solo a alguno de sus coetáneos. Rosendo Tello, que afortunadamente continúa con su fecunda labor creadora, constituye un referente ineludible a la hora de valorar la poesía aragonesa contemporánea. De él han aprendido y siguen aprendiendo muchos de los poetas jóvenes que hoy despuntan en Aragón.

Este reconocimiento a Rosendo y a su obra se concreta todos los años en unas jornadas, que comenzaron siendo una “Semana de poesía Rosendo Tello” cuya sesión de apertura se celebraba en la biblioteca que lleva el nombre del poeta en el núcleo urbano de Peñaflor, muy próximo a Zaragoza. y seguían después cuatro días de recitales y lecturas poéticas en diversos centros cívicos de la capital con el fin de llevar la poesía a los barrios zaragozanos.

Desde el año 2013 se cambió el formato de este homenaje anual, que pasó a llamarse “Jornadas de Poesía Rosendo Tello” y a desarrollarse durante tres días en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza, que colabora cediendo uno de sus salones de actos.

El pasado año 2014, durante los días 24, 25 y 26 de noviembre se han celebrado con gran brillantez las II Jornadas de Poesía Rosendo Tello organizadas, como siempre, por la Asociación Aragonesa de Escritores con la colaboración de la Universidad de Zaragoza, del Gobierno de Aragón y, en esta ocasión, de la Fundación Caballero Bonald, de Jerez de la Frontera.

El día 24 de noviembre, lunes, a las 19:30 horas, en la sala Joaquín Costa, del Paraninfo de la Universidad de Zaragoza, tras la inauguración de las jornadas por parte de José Luis Corral, presidente de la Asociación Aragonesa de Escritores, intervinieron por parte de la Fundación Caballero Bonald los poetas Jesús Fernández Palacios y Josefa Parra, director y subdirectora respectivamente de la revista literaria de dicha Fundación “Campo de Agramante”, donde se incluye una amplia entrevista del poeta Juan Marqués a Rosendo Tello y se glosa y comenta una muestra su obra poética. Cerró el acto el autor de la entrevista, el poeta y ensayista zaragozano Juan Marqués.

El día 25 de noviembre, martes, a la misma hora y en el mismo lugar, Manuel Martínez Forega presentó al poeta asturiano Alejandro Céspedes, quien tras unas palabras de admiración y cariño hacia Rosendo Tello proyectó su film La libertad del títere, una bella interpretación híbrida con imágenes surrealistas de su poemario Topología de una página en blanco. Fue muy aplaudido.

El día 26 de noviembre, martes, se mantuvo la hora pero se cambió de escenario. La jornada tuvo lugar en el salón de actos de la Biblioteca de Aragón (Calle Doctor Cerrada, 22). Miguel Ángel Yusta presentó al poeta leonés Juan Carlos Mestre, quien “puso en escena” un original recital poético con un gran componente de improvisación, acompañándose de una concertina que toca él mismo. Una performance que gustó mucho al numeroso público asistente

A las jornadas asistió el homenajeado, Rosendo Tello, acompañado de su esposa Maribel y de sus hijos. Rosendo agradeció este recordatorio anual a su persona y a su obra con unas sentidas palabras que leyó Maribel y que incluimos a continuación:

 

 

 

 

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 INTERVENCIÓN DE ROSENDO  TELLO

 

Han presentado la Revista Campo de Agramante de la “Fundación Caballero Bonald”. En ella han intervenido el director, Jesús Fernández Palacios, y, la subdirectora, Josefa Parra, ambos poetas, y el también poeta Juan Marqués. No recuerdo la fecha exacta sobre el primer contacto que tuve con Jesús Fernández. Fue a raíz de enviarle mi libro de memorias, Naturaleza y Poesía, por encargo de unos amigos. Creo que le gustó y, animado por su atención, le envié mi libro de poesía reunida, El vigilante y su fábula, los dos de la Editorial Prames. Así quedó confirmada la amistad que nos ha unido a los dos. Digo esto por las llamadas de teléfono que se terciaron y las muestras de cordialidad afectuosas, ya que tiene un carácter abierto y simpático, como andaluz que es. Tanto es así que me invitó a intervenir en una mesa redonda sobre naturaleza y poesía, que había de celebrarse en Cádiz en 2009, a finales de septiembre o principios de octubre, promovida por la “Fundación Caballero Bonald”. Sin embargo, nunca pude asistir a dicho acto pues en el mes de agosto anterior, sufrí el ictus que, como sabéis, impide que se me entienda al hablar. Desde entonces ha sido mi mujer la que ha hablado por teléfono con Jesús, atento como siempre, y este año, a pesar de mi minusvalía, encargó a Juan Marqués que me hiciera una entrevista para Campo de Agramante y una crítica de mi libro Magia en la montaña. También Juan Marqués, por encargo de Jesús Fernández, me había hecho en otro número anterior una crítica de otro de mis libros, El regreso a la fuente.

Quiero recordar ahora, también, la hermosa entrevista que me hizo mi gran amigo Juan Domínguez, en la Revista Crisis de Zaragoza.

No conocía personalmente a Jesús hasta haberle saludado hoy en Zaragoza; no conocía a Juan Marqués hasta que vino a mi casa, acompañado de nuestro común amigo, José Luis Melero. De este modo surge la estrecha amistad de tres poetas, Jesús Fernández, Juan Marqués y yo. Ha sido una amistad contraída no en la vida diaria, sino más bien en la vida literaria. Así, nuestra amistad se ha convertido en ideal, fuera de grupos, capillas y cenáculos, interesadas por cuestiones que no nos afectan.

Cuanto he contado me lleva a tratar de la vida diaria y de la vida poética. Yo traté en la entrevista, que no salió mal de todo gracias a Juan, de mi vida poética, repartida en tres épocas y delimitada en tres etapas cada una: primera, de 1959 hasta 1990; la segunda, de 1990 hasta 2006 y la tercera de 2006 hasta 2011. Mi obra empezó con un librito, Ese muro secreto ese silencio y se terminará, Deo volente, con un libro que se publicará el año que viene, Revelaciones del silencio. Todos mis libros tienen revelaciones secretas y estas revelaciones no se dan en la vida corriente, siempre a vueltas del tiempo y el azar vital. Ordenar la vida corriente puede obrarse por un destino favorable. Un científico ha declarado que los acontecimientos de la vida necesitan del método científico o del método poético para ordenarlos. Decía Octavio Paz que el poeta no tiene biografía, y Gil Albert que el poeta no tiene novela. No va muy bien al poeta perderse en asuntos biográficos ni en narratividades.

Para Heidegger, basado en el hilemorfismo aristotélico, que parte de lo oscuro a la claridad, lo que nace a la luz, definiría la obra de arte frente al objeto que viene dado porque el no-aparecer inherente a la obra, se hace irrelevante. La materia que se retrotae para que surja la figura y el tiempo insinuado en el instante (tiempo esencial, diría A. Machado). La materia resulta un medio para producir una forma de arte, la luz verdadera del ser.

Más lejos que Heidegger va Emmanuel Levinas: El arte y la literatura revelan la aparición de lo que no aparece. Las imágenes son sombra de la realidad. La realidad no sería sólo lo que es, lo que se desvela de ella en la verdad, sino también su doble, su sombra, su imagen. El lenguaje se calla en el instante cristalizado como lenguaje del silencio.

Que la poesía hoy apenas interesa, es algo que debe verse como positivo. La poesía se recluye en su verdadera naturaleza esencial. Es decir, una naturaleza desligada de múltiples referentes opacos que la tienen maniatada. El escritor pertenece a un lenguaje que nadie habla. Nos interesa ahora decir lo que no se ha dicho aún cuando se ha situado la obra fuera de lo útil. ¿En qué consiste, pues, la sublimación de lo real que hace de ella una obra de arte? La literatura supone la mirada del poeta: una experiencia fundamental y una experiencia del origen. Todo “desinterés” artístico en relación con las cosas ha sido ya esa experiencia. En esa experiencia no cuentan las cosas, sino la imagen. Hace falta una trascendencia previa para que las cosas puedan ser percibidas como imagen y el lenguaje como poesía. En este sentido la imagen precede a la percepción, asemejándose a la música.

En estos tres años finales de mi vida, he tenido profundo interés por lo que dice Blanchot de la poesía, aún sin saberlo cuando escribía alguno de mis libros. El lenguaje del mundo se calla como ser del lenguaje, silencio en virtud del cual hablan los seres. En la palabra poética, el mundo retrocede y se calla, las preocupaciones, los anhelos y la actividad de los seres cesan de hablar. Es entonces, en silencio de los seres, cuando el ser tiende a llegar a ser palabra y la palabra quiere ser, y es entonces cuando el lenguaje habla por sí solo, nadie habla en él y nada es dicho por él. Es lenguaje del abismo. El lenguaje expresado en el silencio de la noche.

Por este camino me ha llevado la dicotomía: vida-poesía.

Bienvenidos todos los amigos de Andalucía y los amigos de nuestra tierra. Muchas gracias a la Asociación Aragonesa de Escritores, dirigida por José Luis Corral Lafuente, y a todos los que han participado en estas Jornadas.

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