José Antonio Prades
julio-septiembre 2023

JOSE ANTONIO PRADES

©Pilar Aguarón Ezpeleta

Realizando unos estudios sobre el Boom Latinoamericano, y concretamente sobre Alejo Carpentier, descubrí que este escritor universal en lengua castellana (Premio Cervantes, 1977) fue secretario de redacción de una revista llamada Imán, como la nuestra, y además publicada en 1931, casi a la par (1930) que la novela del mismo título que la inspira. En la bibliografía, aparece el enlace a la página de la Biblioteca Nacional desde donde se puede consultar y descargar el número completo escaneado. El elenco de sus colaboradores me llevó a investigar más hasta llegar a la redacción del artículo adjunto, proceso en el que he disfrutado recordando y descubriendo el impulso vital que la creación artística y literaria gozaba en esos preludios de la contienda mundial que los rebajó hasta trabajos de mera supervivencia. Resulta reconfortante mantener viva hoy, desde esta posición, una revista literaria que continúa con aquella estela fulgurante del período entreguerras. Poesía, narrativa, ensayo, teatro… los cuatro grandes géneros se unieron en aquel extenso y efímero número de la revista Imán. Es para revisar y releer porque está nutrida de historia de literatura con esa calidad extrema que hoy nos están hurtando los grandes medios editoriales.

Me atrevo a lanzar una afirmación cuasi dogmática, sobre la que puedo aceptar cuasi cualquier argumentación en contrario: Jorge Luis Borges es el mejor escritor de todos los tiempos.  Y este señor, enamoradizo hasta la extenuación, o hasta que apareció María Kodama, trabajó la seducción indirecta con sus profundas creaciones literarias.  Hay incluso quien se ha preocupado de investigar en esos amores, más allá de su obra literaria, no sé si tanto como producto de un cotilleo culto o de una búsqueda de justificación para el alto valor artístico del resultado.  En El hacedor (1960), Borges incluye un poema del que transcribo estos versos:

Todas las cosas tuvo y lentamente

todas la abandonaron. La hemos visto

armada de belleza. La mañana

y el claro mediodía le mostraron,

desde su cumbre, los hermosos reinos

de la tierra. La tarde fue borrándolos.

 

 

Se titula Elvira de Alvear y, como su propio título indica, está dedicado a la mujer de ese nombre, perteneciente a una familia acaudalada de Buenos Aires, ocho años menor que el escritor, y que murió en extrañas circunstancias de salud en 1959.  Elvira de Alvear fue una de las musas del literato porteño.  Hasta hace bien poco, se decía que fue la inspiradora del relato El Aleph, que sería la Beatriz Viterbo que tiene encandilado al protagonista, a la sazón alter ego del autor. No obstante, hay un investigador borgiano (Bony Bullrich, 1964) que parece haber descubierto que la musa de ese texto es Beatriz Bibiloni, otra de sus mujeres que se añaden a la lista de María Esther Vázquez, Elsa Altete (su primera mujer, ya en la madurez), Estela Canto, Norah Lange, Haydée Lange, Sara Diehl…  Pero quedémonos con Elvira, que murió con problemas de salud mental y, en El Aleph, Borges dice de los Viterbo que todo eran medio locos (Borges, 1949).

André Breton escribía en 1924 el Manifiesto del surrealismo, iniciando así ese movimiento convulso, al cual se adhieren, y del cual se apartan posteriormente, un gran número de intelectuales que también entran y salen en las corrientes vanguardistas del siglo XX. El nombrado Breton, juntamente con Philippe Soupault —sí, a cuatro manos, como no podía ser menos en un texto experimental, iniciático, provocador y llamado por ellos mismos “peligroso”—, escriben Les champs magnétiques, bajo escritura automática, publicado sin corregir y sin ninguna pretensión estética.  Sería la primera obra literaria surrealista.

Y París…  Los años veinte del siglo XX manifiestan en la capital francesa el deseo de alcanzar una felicidad constante.  La posguerra de la primera gran contienda mundial lleva a Europa la necesidad de vivir más deprisa como respuesta a una mayor libertad en lo artístico y en lo intelectual.  Y en ese vivir deprisa, al límite, surgen y se suceden las tendencias vanguardistas que quieren romper con el pasado: fauvismo, expresionismo, cubismo, dadaísmo, surrealismo, ultraísmo…  París se ha convertido en la atracción de escritores, científicos y escritores que rumian y regurgitan cimientos para nuevas maneras de ver el mundo, deprisa, deprisa. Y justo antes de la crisis francesa de los años 30, con rebotes del crack estadounidense del 29, se agolpaban en la ciudad de la luz incipientes escritores latinoamericanos que aspiraban, con plena consciencia, a alcanzar el estrellato literario.  A París le han llamado “la máquina de escribir” (Maíz, 2018) porque entrar en ese círculo suponía la obligación de que “los latinoamericanos con aspiraciones literarias debían ejercitar, con mayor o menor acierto, la práctica escrituraria casi de manera imperativa para alcanzar los objetivos que se habían propuesto”.

Decenas de artistas latinoamericanos, entre las décadas veinte y treinta, iban llegando con la visión de que tenían que cambiar su propia percepción de la realidad geográfica que los vio crecer, la suya y la del mundo entero, como así consiguieron treinta años después con el llamado Boom latinoamericano.

Elvira de Alvear, musa de Jorge Luis Borges, precursor de ese Boom, había establecido su residencia en aquel París de bullicio y emisión cultural.  Allí se asoció con Alejo Carpentier, y uniendo el capital económico por ella y por él una extensa red de contactos, ella como directora, él como secretario de redacción, dieron en crear una “revista literaria con grandes ambiciones, pretendidamente trimestral, en español, aunque editada en Francia” (Maíz, 2018).  Así se expresa la citada Elvira de Alvear:

Amigo Lector:

Imán no ha sido planeado con ideas sujetas a un dogma de capilla ni manifestará estrictamente un carácter local.

Se propone intervenir con un rápido vistazo en tendencias y movimientos harto para él conocidos y nivelados.

La brújula actual del mundo entero ha perdido su imanación: no sabemos a cual (sic, sin tilde) escuela corresponde nuestro concepto íntimo.

Es preciso para ello consultar el espíritu general contemporáneo; en esta forma encontraremos en la vida humana una solución para el lector.

Imán descubrirá la causa de nuestras inquietudes y aspiraciones. Será una revista que guardará la documentación de su época, intercalando fotografías en algunos números y prescindiendo en otros. Hablará de poesía, psicología, crónicas de viaje, etcétera… y de la influencia considerable que va ganando la ciencia sobre la literatura y en la necesidad aun, entre los hombres, de creación artística.

Imán será dirigido a centralizar norte y sur como lo denota su título, atraerá hacia sí todo individuo capaz de propagar energías y hará conocer los escritores; todos los reunirá en su campo magnético.

Imán abrirá nuevos caminos comunes al pensamiento actual, entorpecido en tradiciones y se enterará de los acontecimientos que marquen una orientación — será un punto inicial que definirá la generación presente.

Estamos cansados de ver que los sentimientos sean reemplazados por palabras confusas y que la literatura sea considerada contraria a la vida; queremos vivir de acuerdo con los progresos y costumbres de nuestros días.

Hay que sobreponerse a la inteligencia, pero a la que amenaza en materializarse y en retroceder la civilización en lugar de adelantarla.

Queremos otras ideas seguidas de una acción. Imán es por y para las fronteras ilimitadas —nosotros seremos panmundiales y la duración diamantina de Imán podrá ser llamada un imanato.

Y ahora te hago notar a quien estás leyendo, sin vocativo, directamente, que estos párrafos anteriores llevan varias veces incluido el término Imán, como el título de nuestra revista, en esa extracción, precisamente, del prólogo de otra revista.

Imán nació en el seno de la Asociación Aragonesa de Escritores en 2009, como órgano continuador de la anterior revista, Criaturas Saturnianas, con afán renovador en su objetivo de dar voz a sus componentes y de facilitar una divulgación de temas literarios y culturales afines con la meta del colectivo.  Se eligió ese nombre en homenaje a la primera novela del reconocido internacionalmente escritor aragonés Ramón J. Sender. Imán trata de la guerra y de sus consecuencias directas en un soldado, sobre todo a su regreso, donde siente todo cambiado. Este protagonista había sido herrero y a menudo resultaba herido por los utensilios o herramientas con los que trabajaba, ya que “Atraía el hierro como un imán” (Sender, 1930, capítulo 1, p.18), y así le valió como apodo.

Antes de seguir con la revista que nos va a ocupar, quiero mencionar que desde 1988 a 1990, el periódico aragonés El Día, incluyó un suplemento cultural también titulado Imán, dirigido primeramente por Lola Ester y luego por Antón Castro.

La otra Imán, la primigenia, nació el 30 de abril de 1931, probablemente gestada en el año anterior, en unos talleres de impresión parisinos, “en alta y cara calidad, tres meses después de que Sur[1] saliera en Buenos Aires” (Liendo, V. 2017).

[1] Sur fue una importante revista argentina, liderada por Victoria Ocampo, editada desde 1931 hasta 1982, con 371 números publicados.

Portada Imán

[1] Sur fue una importante revista argentina, liderada por Victoria Ocampo, editada desde 1931 hasta 1982, con 371 números publicados.

No hay constancia fehaciente del motivo para llamarla Imán, pero el prólogo nos deja pistas en este párrafo:

Imán será dirigido a centralizar norte y sur como lo denota su título, atraerá hacia sí todo individuo capaz de propagar energías y hará conocer los escritores; todos los reunirá en su campo magnético.

Además, tal como ha quedado indicado más arriba, André Breton y Philippe Soupault (colaborador éste en la revista, como ya veremos más adelante) habían publicado en 1924 Los campos magnéticos, que parece una clara referencia para inspirar ese párrafo del prólogo y colegir que es la causa del título (Liando V, 2017).

Creo que esas coincidencias, ser revista literaria y llamarse Imán, dan un pie suficiente, y hasta necesario, para dedicar estas líneas a profundizar en lo que fue aquella publicación como un digno antecedente de nuestra andadura. ¡Y menudo antecedente!

Aquel 30 de abril de 1931, con dieciséis días de República en España, aterrizó el primer avión en el aeropuerto de Barajas (ahora también de Adolfo Suárez).  Esos dos hechos de apertura marcaban hitos de crecimiento pronto truncados, tanto en Francia como en España.  Pero veamos qué nos aportaba aquella acción literaria de Alvear y Carpentier, nacida con una enorme ilusión en una época en que la cultura era rabiosamente impulsada y divulgada.

Revista Imán

Imán salió a la calle en tres tipos de papel, según se informa en su página 4: japón antiguo, lafuma y alfa mousse; veintiún ejemplares, doscientos y dos mil quinientos respectivamente.  Todos numerados.  El ejemplar que consulto, digitalizado por la Biblioteca Nacional de España, es el número 2.622 (probablemente en papel alfa mousse, según se podría deducir del orden expuesto y de las cantidades nombradas). Y quizá Argenteuil, la localidad donde residía el maestro impresor autor del trabajo, no fue elegida al azar, por su coincidencia etimológica con el nombre de Argentina.  Era Argenteuil una ciudad a once kilómetros al noroeste de París, entonces con más de setenta mil habitantes, y que había tenido relación con la cultura, a través de pintores impresionistas como Manet y el escritor Guy de Maupassant.  Fueron famosos también sus espárragos.

Veamos el elenco que contienen sus doscientas cincuenta y nueve páginas, incluyendo la portada:

Sumario Revista Imán

Excluyendo a Elvira de Alvear, encontramos treinta y un colaboradores, todos hombres, de nacionalidades variadas, la mayoría de ellos habiendo vivido o huido de diferentes países, tanto europeos como latinoamericanos, con dos estadounidenses: Dos Passos y Kreymborg.  Estamos situados en 1931 y todos los colaboradores están vivos, salvo quizá el más relevante, Franz Kafka, fallecido siete años antes, lo que deja cierto misterio sobre cómo pudo conseguirse su participación con un relato titulado La sentencia.  Intentando encontrarlo en la bibliografía sobre el autor, no hallé ninguno con ese título.  Su contenido responde al traducido habitualmente como La condena. Al igual que otras colaboraciones incluidas, al final incluye el nombre de su traductor, Arqueles Vela, escritor mexicano que residía entonces en París, y que consideró ese título como más apropiado (en alemán, Dars urteil, que literalmente significa “dar juicio”).  La condena había sido publicado en 1913 de forma independiente, a pesar de su corta extensión, después de escribirlo en septiembre del año anterior (La condena, 2018).  Dos meses después, Kafka escribió La metamorfosis.  La “historia” (así la definió Kafka en su subtítulo frente a la duda de si era relato o novela) de La condena obtuvo en su momento una gran repercusión y recibió multitud de interpretaciones (Laurent, 1983).

Además del escritor austriaco, destacan los siguientes nombres, de acuerdo con sus trayectorias posteriores, tres de alto impacto en el llamado Boom latinoamericano treinta años después: Miguel Ángel Asturias (premio Nobel), Alejo Carpentier (premio Cervantes) y Arturo Uslar Pietri (premio Príncipe de Asturias), uno estadounidense, miembro de la Generación perdida, John Dos Passos, y un chileno de alta relevancia en las vanguardias poéticas del momento: Vicente Huidrobo.  No obstante, el resto de los colaboradores son escritores de reconocimiento posterior, la mayoría de ellos franceses: León Paul Fargue, Jean Giono y Philippe Soupault.  También es digno de mención el mexicano Jaime Torres Bodet, Premio Nacional de Ciencias y Letras de su país de origen. El único español del elenco, Eugenio D’Ors, un brillante intelectual de la época, filósofo y ensayista, colabora, según el índice, con el aporte titulado De la elipse en el misterio de lo barroco, del que no ofrece imagen el ejemplar digitalizado con el mensaje FALTA PÁGINA.

Raúl Antelo localizó lo que faltaba en esas dos páginas del ejemplar, acudiendo a buscarlo a otro ejemplar existente en el Instituto Iberoamericano de Berlín.  Según informa (Antelo, R. 2019, p.9), le consta que también hay ejemplares en la Biblioteca Nacional de Francia y en la Biblioteca latinoamericana de la Universidad de Texas. Y así nos descubre que esas dos páginas en blanco contenían este poema:

De la elipse en el misterio de lo barroco

A Jorge Guillén,
al pasar por Valladolid.

Elipse, maternidad:

Dos centros, dos corazones;

Paloma, el uno, entre pechos;

Ranilla, el otro, entre flancos.

 

Formas nuevas, vidas nuevas,

Blanda preñez de la elipse:

Curva de buena esperanza,

Geometría interesante.

 

Lo barroco… Kepler, que

Valsa en elipse, con astros.

Quien tal valsó, alumbrará

Desgarro y llanto entre muslos.

 

Y llanto. Elipse, ternuras,

¡Como acoges, como insertas,

Como incluyes, como guardas,

Como escondes, como abrigas,

Como bañas, como imbibes,

Como nutres, hinchas, medras,

Hipertrofias, tumefactas,

Creces, turges, sueltas, libras,

Túnel entre Cáos y Cósmos!

 

Agua guardas, agua, elipse,

Agua del mar primigenio,

Caldo en las sopas de que Él

Cata cada mediodía.

Substancioso caldo, en la

Gran sopera de la elipse.

Proceso del devenir

En su caldo de substancia.

 

Y con su pan se lo come

Él (Iavé, Saturno, el Tiempo) (d’Ors 95-96).

Eugeni d’Ors dedica el poema a Jorge Guillén

El propio Antelo informa de este único número de Imán, calificándolo como “una suerte de suplemento de la (revista) surrealista Bifur… cuyo redactor principal era Georges Ribemont-Dessaignes” (Antelo, R. 2017), autor que aparece en la lista de colaboradores de Imán.  Redactado que desprende cierta calificación de menor importancia y que contrasta con las de Claudio Maíz: “puede realizar un singular aporte a la historia de la cultura latinoamericana”, “…la fugacidad de la revista Imán… es inversamente proporcional a la eficacia lograda de acuerdo con su propuesta editorial”.

Puede considerarse que, aunque tan sólo circulara un número de la revista, no fue un fracaso literario, pues como veremos más adelante, ubica a la incipiente novela latinoamericana del siglo XX entre las vanguardias europeas, dándole un lugar preponderante (Maíz, C. 2018).  En aquellos años, surgieron innumerables revistas que consiguieron mantenerse en el tiempo, pero también se produjeron intentos que quedaron en un solo envite.  Claudio Maíz expresa que, según Revues litteraires, hubo setenta y siete publicaciones a lo largo del siglo XX con un solo número sacado a la calle.

Las colaboraciones aportadas son de género variado.  Existe un apartado específico, titulado Conocimiento de América Latina que, quizá a modo de encuesta, incluye opiniones sobre esta zona del mundo, solicitadas a diez autores, nueve europeos, uno alemán y nueve franceses, más uno estadounidense cuya aportación, diez cuartetas glosando personajes o lugares, aparece en inglés sin traducción.  Además, de este contenido ensayístico, aparecen dos grupos de poemas, varios de prosa poética, quizá alguna podría considerase experimental dentro de esa querencia vanguardista, y narrativa, con relatos de diversa extensión, uno de ellos de veintiocho páginas, otro de  veinticinco y otro de dieciséis, cuando los demás oscilan entre tres y cinco páginas; el ensayo de John Dos Passos sobre el teatro ocupa catorce páginas, el de Bruno Barilli, diez; y el largo poema de Benjamín Fondane se extiende por diez.

Destaco algunas singularidades de las aportaciones:

En el primer artículo, en tono ciertamente irónico, Fargue navega por varias acepciones del término Imán, adjudicando al final ese apelativo a Elvira de Alvear de forma indirecta:

“Se han podido encontrar imanes naturales en Asia Menor, en Magnesia o en Heraclea. Yo acabo de hallar en la Argentina el imán artificial más poderoso que conozco.

Él guiará América Latina a la brújula; Elvira de Alvear tiene el timón con su pequeña mano firme”. (Imán, 1931, p.10)

La segunda aportación, de Jean Giono, es un regreso a la infancia.  Mis amigas se murieron es un ejercicio de nostalgia sobre las amigas y amantes del autor, con ligeras incursiones en el erotismo.

Xul Solar (Oscar Agustín Alejandro Schulz Solari) era un polifacético artista argentino y destacado inventor.  Iniciado en el esoterismo y amigo de Borges, creó un un idioma, que podemos encontrar en su colaboración en Imán, que llamó neocriollo.

Vicente Huidobro, considerado uno de los grandes poetas chilenos, en 1931 estaba a punto de regresar a su país, después de un largo periplo por Europa y América. Había iniciado el movimiento estético llamado creacionismo, del cual deja una muestra en la revista, tanto en verso como en prosa poética.

Henry Michaux, también artista multidisciplinar, presenta un relato con tintes kafkianos (aunque con algún toque de surrealismo) sobre cómo sobrevivir con tres cadáveres en un compartimento de tren. Puede considerarse un microrrelato. Algunos críticos consideran a Michaux un precursor de este subgénero narrativo.

La representación mexicana aparece con Jaime Torres Bodet, que entrega el relato La visita, al que antecede una dicta del libro bíblico de Jeremías.

Este relato no aparece en la edición de su Narrativa Completa (1985).  Es más que probable, que La visita fuera rescatado de esta revista Imán (Marco, J., 1992).

Traducido por Alejo Carpentier, Robert Desnos aporta un ensayo biográfico en el que pondera la figura del conde de Lautréamont (autotítulo), Isidoro Ducasse (1846-1870,) que había sido olvidado, pero los poetas surrealistas, entre ellos Robert Desnos, procedieron a resucitarlo y lo consideraron su precursor.

  1. Desnos, miembro activo de la Resistencia francesa, tras permanecer en varios campos de concentración, falleció de tuberculosis en el campo de Terezin, en Praga.

Desnos

Eugéne Jolas había editado varios números de su revista transition (en minúscula y en inglés), en cuyo número inicial (abril de 1927), publicó su manifiesto, donde abogaba por romper moldes creativos, especialmente idiomáticos.

Benjamin Fondane (nacido como Weschel) murió en la cámara de gas de Auschwitz el 2 de octubre de 1944.  Fue un poeta adscrito a las vanguardias filosóficas y poéticas del siglo XX. Sus poemas son un grito de angustia.  El tercero nombra a su amigo Armando, víctima de suicidio.  Está traducido por E.A, supuestamente Elvira de Alvear y presenta varias faltas de ortografía. Según nota en Hermida Editores (2023), los poemas de Ulises fueron traducidos al francés por el propio Fondane.  Su Ulysse se publicó en 1933, por lo que colaboración en Imán supone un anticipo de la obra.

Umbrales, de Sixto Martelli, es una sucesión de textos que narran pasajes y paisajes urbanos de Buenos Aires. Incluye reflexiones sobre lo que observa y plasma.

Hans (Jean) Arp fue un poeta vanguardista francés que aporta dos poemas cortos con características propias de las corrientes novedosas y, que, curiosamente, aparecen transcritos íntegramente en letra cursiva.

De Boris Pilniak, escritor ruso ejecutado en Moscú en 1938 por antisoviético, la revista incluye un largo relato de veinticinco páginas, titulado La revuelta de las mujeres, que, siendo fiel al título, narra una rebelión de setenta y una féminas tras el asesinato de una de ellas a mano de su marido, a quien acosan en el funeral exigiendo justicia.

Según Claudio Maíz (Maíz, C. 2019, p. 9), en lo que denomina “encuesta” se recogen impresiones de “la joven literatura centralizada en París”, que presentan “respuestas muy decepcionantes”, en las que demuestran un desconocimiento completo de America Latina, “o se valen de lugares comunes, estereotipados”, eso sí, con un desbordante estilo literario.

Y llegamos a las dos últimas colaboraciones.  Resulta difícil deducir el criterio de su ordenación.  En el caso de la penúltima, nos encontramos con un ensayo muy interesante de John Dos Passos sobre el arte escénico, con el didáctico título ¿Qué quiere decir teatro?, en el que introduce críticas directas al régimen soviético, satinándolas de velada ironía.

Y aprovechando que la última colaboración va firmada por Arturo Uslar Pietri, con un fragmento de su novela Las lanzas coloradas, publicada ese mismo año 1931, iniciaré una atención más extensa a este autor, junto a Alejo Carpentier y a Miguel Ángel Asturias, como los tres personajes incluidos en esta revista que más destacaron posteriormente en lengua española, con reconocidos méritos y distinciones. Se convertirán en grandes amigos, sobre todo durante su estancia en París, y permanecerán unidos hasta el final de sus días.

La relación entre los tres escritores aparece marcada y referida repetidamente, y Domingo Milliani (Milliani, D, 1987), nos remite precisamente a la revista objeto de este artículo, destacando la importante repercusión posterior que tuvieron las tres novelas anticipadas en Imán, en cuanto a lo que supone avanzar los rasgos del llamado realismo mágico, “término introducido en la teoría literaria hispanoamericana por el mismo Uslar Pietri”.

Arturo Uslar Pietri nació en Caracas el 16 de mayo de 1906. Cuando salió Imán de imprenta, tenía, por tanto, 24 años.  Es el colaborador más joven en ese número.  Llevaba dos años en París, con larga trayectoria de activismo político y literario. En 1928, en Caracas, se publica el único número de la revista Válvula y en ella aparece el manifiesto editorial Somos, cuya autoría identifica Uslar como propia algo más tarde.

En 1929, con apenas 23 años, llega a París, investido como alto funcionario venezolano. Y en 1931 había concluido Las lanzas coloradas (Miliani, D., 1987).

Así pues, al haber entregado ese párrafo a los editores de Imán, nos encontramos con un anticipo concertado. El título hace referencia a la sangre que se adhiere a las lanzas en el fragor de la batalla.

Miguel Ángel Asturias colabora en esta revista con el relato que titula en el índice En las tinieblas del cañaveral. Se trata de una primera versión del capítulo sexto de su novela publicada en 1949 bajo el título Hombres de maíz.

“Los «hombres de maíz» son los indios, según la cosmogonía indígena mayaquiché” (Bellini, G. 2008) Asturias se interna en el mundo mágico de los indios guatemaltecos.

Alejo Carpentier nació en Lausana (Suiza), pero sus padres, él de origen francés y ella de origen ruso, emigraron enseguida a La Habana, donde creció y desde donde partió a un periplo que responde a su propio mestizaje cultural.  Huido de Cuba, ayudado por el poeta surrealista Robert Desnos, también colaborador en este número de Imán, pasó varios años en París. Fue alto funcionario del gobierno castrista en distintas Embajadas del país cubano (Instituto Cervantes, 2017)

¡Ecué-Yamba-O!, de Alejo Carpentier, comenzó a escribirla en la cárcel, adonde fue recluido por hacer un manifiesto contra el dictador cubano Gerardo Machado, admirador de Mussolini. La terminó en París y fue publicada en 1933 y se considera como el producto de un ejercicio de aprendizaje, según el propio Carpentier (Cuesta, A. 2020). Narra la vida de un negro cubano a principios del siglo XX, con un estilo vanguardista que se aleja del hasta entonces clasicismo de la literatura latinoamericana.  En esa novela se empieza a entender en el exterior la realidad cubana.

Tres grandes autores estos últimos, que estaban destinados a marcar historia en la literatura mundial desde su profundo estudio y conocimiento de la realidad latinoamericana, hasta entonces oculta bajo el halo europeo del clasicismo y podríamos decir de “lo políticamente correcto”.  El contacto estrecho que se produjo entre ellos y con las vanguardias artísticas que despuntaron en el primer tercio del siglo XX creó un cóctel de explosión literaria que culminó en el llamado Boom Latinoamericano que se destapó en la década de los 60.

En Imán, de 1931, revista dirigida y financiada por Elvira de Alvear, con la función de secretario de redacción en Alejo Carpentier, se dieron cita autores de relevancia de variadas nacionalidades que confluyeron en el París de los años 30, donde estaban emergiendo las vanguardias, esencialmente el surrealismo, con el deseo de cambiar el mundo a través del arte mediante la evasión de la realidad. Dadaísmo, cubismo, ultraísmo, fauvismo…

Hubo un proyecto de segundo número de Imán, que se quedó en galeradas y del que se conservó el índice.  Incluía colaboraciones de Macedonio Fernández, Manuel Altolaguirre, Pablo Neruda, nuevamente Miguel Ángel Asturias, Rafael Alberti… pero la crisis argentina obligó a Elvira de Alvear a regresar a su país para cuidar directamente de su fortuna, y ya no volvió a París (Maíz, C., 2018).

Quizá Woody Allen se proyectó a esa época parisina y departió con todos los autores que hemos mencionado aquí gracias a este otro Imán.  Quizá Allen tocó su clarinete en un café de París mientras se inspiraba en Elvira de Alvear, o en Robert Desnos, o en Eugène Jolas, o en Alejo Carpentier… con reminiscencias de la Belle Époque, y entre ellos decidieran escribir el guion (premiado en los Óscar de 2011) de Medianoche en París. Quizá se reunieron en una buhardilla de Montmartre, o en un salón de la Ópera, o paseando por los campos Elíseos, o en los camerinos del Moulin Rouge, para darle en confidencia las claves que en el futuro podría aplicar como instrumentos del realismo mágico o de lo real maravilloso en varias de sus películas.

Imán, “siempre nos quedará París”.

 

BIBLIOGRAFÍA:

 

Revista Imán, (1931), varios autores, ejemplar digitalizado por la Biblioteca Nacional de España en su Hemeroteca digital

https://hemerotecadigital.bne.es/hd/es/card?sid=5226969

 

Revista Iberoamericana (2021), Reseña sobre Los campos magnéticos, de Breton-Soupault

https://liberoamericamag.com/2021/02/06/resena-los-campos-magneticos-de-andre-breton-y-philippe-soupault/

Borges (1960), El hacedor, Obras completas J.L. Borges, volumen 2, Ediciones Emecé, p.194

Borges (1949), El Aleph, Obras completas J.L. Borges, volumen 1, Ediciones Emecé, p.623

Bullrich, Bony, (2019), Borges, Beatriz Viterbo y Beatriz Bibiloni en la vida real.

https://www.bonybullrich.com/borges-beatriz-viterbo-y-beatriz-bibiloni-en-la-vida-real/

 

Martín Rodrigo, Inés (2019) Beatriz Bibiloni, la musa secreta de Borges

https://www.abc.es/cultura/libros/abci-beatriz-bibiloni-musa-secreta-borges-201901131836_noticia.html

 

Gullón, Ricardo (2016) Balance del Surrealismo, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

https://www.cervantesvirtual.com/obra/balance-del-surrealismo-0/

 

Maíz, Claudio. (2018) El acierto en el fracaso. La revista Imán (1931), un episodio de la historia literaria latinoamericana, Catedral Tomada, revista de crítica literaria Latinoamericana, vol.6, núm. 11, 2018, p.129-148

https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6747865

 

Ramón J. Sender (1930), Imán, Edición Destino, 1979, p.18

 

Liendo, Victoria (2017), Victoria Ocampo, una snob para el desierto argentino, Cuadernos Lírico

https://journals.openedition.org/lirico/3761

 

Laurent, Alberto J.R. (1983) , Obras completas Franz Kafka, Edicomunicación, 1983,

 

La condena (2018), Wikipedia (consultado 28/02/2024)

https://es.wikipedia.org/wiki/La_condena

 

Antelo, Raúl (2019) – La elipse americana: volver de la nada y volverse a ir a la nada, revista Letral, número 21, enero 2019

https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/6824332.pdf

 

Rubio Pacho, C. (2018). Jaime Torres Bodet, El juglar y la domadora y otros relatos desconocidos. Serie Literatura Mexicana, 5. 243-248

https://revistas-filologicas.unam.mx/literatura-mexicana/index.php/lm/article/view/1100

 

Marco, J. (1992), El juglar y la domadora, ABC literario 17/8/1992, 9

https://www.abc.es/archivo/periodicos/cultural-madrid-19920807-9.html

 

Fernández, T. y Tamaro, E. (2004) Biografía del Conde de Lautréamont.

https://www.biografiasyvidas.com/biografia/l/lautreamont.htm

 

Jolas, E. (1927), Manifiesto

https://web.archive.org/web/20100108114951/http://www.davidson.edu/academic/english/Little_Magazines/transition/manifesto.html

 

Hermida Editores (s/d), Biografía de Benjamin Fondane

https://www.hermidaeditores.com/benjamin-fondane

 

Capraroiu, E. (2007) La conexión rumana: Alberti, Neruda, Universidad de California

https://www.cervantesvirtual.com/descargaPdf/la-conexion-rumana-alberti-neruda-lara-1048298/

 

Capraroiu, E. (2009) Neruda, traductor: el ejemplo rumano, Universidad de California

http://www.mshs.univ-poitiers.fr/crla/contenidos/ESCRITURAL/ESCRITURAL1/NERUDA/CAPRAROIU/Capraroiu.html

 

Cheney, Luis (2007), Uslar Pietri en el teatro venezolano –. Revista Escena 30.61

https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/uslar-pietri-en-el-teatro-venezolano-788690/html/eecc6ff8-bb93-4e30-b3ac-00f0edc7146d_2.html

 

Vázquez, M.A. (2006) Las vanguardias en nuestras revistas, 28. Revista Válvula, Venezuela

Las vanguardias en nuestras revistas, 28. Revista Válvula, Venezuela

https://cvc.cervantes.es/el_rinconete/anteriores/abril_06/25042006_01.htm

 

Valenzuela, E. (2016) Los manifiestos literarios

https://www.aporrea.org/actualidad/a227653.html

 

Lecuna, V. (2018) Reinas venezolanas del siglo XX. Populismo, abstracción y Estado,

https://revistas.javeriana.edu.co/index.php/cualit/article/view/23040/20157

 

Milliani, D. (1987) Biografía de Arturo Uslar Pietri

https://www.cervantesvirtual.com/portales/arturo_uslar_pietri/autor_biografia/

 

Segura, G. (2016) El señor presidente, de Miguel Ángel Asturias, cumple setenta años, Fronterad, Revista digital

https://www.fronterad.com/el-senor-presidente-de-miguel-angel-asturias-cumple-setenta-anos/

 

Edición crítica de Hombres de maíz, de M. A. Asturias, publicado por la Universidad de Costa Rica, edición de 1996, en Google Books

https://books.google.com.py/books?id=pmausrAxDjYC&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_vpt_read#v=onepage&q&f=false

 

Bellini, Giuseppe, (2008), Mundo mágico y mundo real: la narrativa de Miguel Ángel Asturias,

https://www.cervantesvirtual.com/obra/mundo-mgico-y-mundo-real—la-narrativa-de-miguel-ngel-asturias-0/

 

Instituto Cervantes, (2017) Alejo Carpentier, biografía

https://www.cervantes.es/bibliotecas_documentacion_espanol/creadores/argel_alejo_carpentier.htm

 

Otero, I. (2020) ¡Ecué- Yamba O!: la magia de la novela de Alejo Carpentier,

https://www.cronicasdelaemigracion.com/opinion/isaac-otero/ecue-yamba-0-magia-novela-alejo-carpentier/20200413120423099044.html

 

Blanco, E. y Rodríguez M. (2009) Para un análisis histórico literario de la novela “¡Écue-Yamba-Ó!”, de Alejo Carpentier

http://www.archivocubano.org/ecue.html

 

Historia Universal de la Literatura, tomo 5, (1982), Ediciones Orbis, Verjat, cap.11 y 12, Literatura francesa contemporánea. Rodríguez Monegal, cap. 18, La prosa hispanoamericana contemporánea.

 

Fotografía de Elvira de Alvear tomada de:

https://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/10/jorge-luis-borges-elvira-de-alvear.html

donde se referencia de esta manera:

En El Hacedor (1960)

Foto de Elvira de Alvear (posible Beatriz Viterbo):
Revista de Occidente nº 301, Junio 2006 Vía
Foto Jorge Luis Borges: Susana Mulé

 

Fotografía de Alejo Carpentier tomada de:

https://letralia.com/255/ensayo03.htm

 


GRACIAS POR ACEPTAR nuestras cookies, son simplemente para las estadísticas de visitas en Google.

Ver política de cookies
 
ACEPTAR

Aviso de cookies
Ir al contenido