Inexorables
Manadas de cadáveres
van subiendo la cuesta
del cementerio.
Manadas que pastaron
en las verdes praderas
del ancho mundo:
Papas, emperadores,
cardenales y reyes,
pobres lacayos.
Mujeres de la vida,
por oscuros lugares
de mala muerte.
Labradores honrados
que domaban la tierra
dura y bravía.
Todos se van muriendo,
cuando llegan las horas
inexorables.