La copa de cristal, remanso suave,
de un agua cristalina, muda y quieta
rebosa, relumbrante de lilas en mi ventana;
blanco maíz que a su corriente lleva,
esporas que acarician mi semblante
con suaves destellos de bella armonía.

Esta esencia sutil que da a los aires,
embalsama el lugar de mis tareas;
un arrullo semejante de palomas
que el agua clara en el cristal bebieran,
de contemplar sosegado en mi ventana.

Tienen hala de luz, blanco, lechoso,
como trozos de luna que, deshecha,
al remanso cayera en limpio vuelo,
ensartando en su linfa blancas perlas.

En esta copa clara de mi vida
que hoy, penas y dolor hicieron piedra,
como lágrimas blancas, las lilas en mi ventana,
mitigaron el fuego de mis pesares,
incrimentando el amor de mis amores.


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