Luz Mary Giraldo
Ibagué, 1950. Profesora universitaria, poeta, ensayista y antóloga, doctora en Filosofía y Letras con especialización en Literatura. Autora de El tiempo se volvió poema (1974), Camino de los sueños (1981), Con la vida (1997), Hoja por hoja (2003), Postal de viaje (2004), Sonidos en la luz (2010), Llévame como un verso — Poemas del exilio— (2011), De artes y oficios (2015) y Caza de sombras (2019), y de las antologías Diario vivir (2012), Canto de pájaros (edición trilingüe en español, inglés y rumano, 2015) e Il volto nascosto dell’amore (español e italiano, 2017). Entre sus antologías en diferentes géneros: Ellas cantan. Poetas iberoamericanas (2019); Zgodbe iz Kolumbije (2019), Cuentan. Relatos de escritoras colombianas contemporáneas (2010); Cuentos y relatos de la literatura colombiana (2005); Cuentos caníbales. Nuevos narradores colombianos (2000); Cuentos de fin de siglo (1999); Ellas cuentan. De la colonia a nuestros días (1998); Nuevo cuento colombiano. 1975-1995 (1997), Jardín de sueños. Cuentos y poemas para niños (1985); Cómo informar a Julio Verne. Rodrigo Parra Sandoval (2018); Hablar en nombre propio. Fernando Vallejo (2013), y R. H. Moreno-Durán: fantasía y verdad (2005).
Palabras en el muro
Descienden del muro las palabras
—niñas deslizándose por un tobogán—
sílabas que acaban en el aire.
Olvido el olor del lápiz y el papel
la luz desvanecida en la memoria
las manos que acarician
y nace el poema con la vida y la muerte
atormentando la punta de la lengua.
¿Canto de pájaros ?
Sorda la vida
y este dolor de huesos rotos.
¿Por qué tan poca luz
por qué los ángeles se esconden
¿y corre sangre en los puntos cardinales?
Piden un canto de pájaros
un arco iris en palabras
nada de ausencias, cruces, miedos, ruidos.
Anestesio el dolor
lo escondo entre las páginas
abro mis ojos desvalidos
y el rojo se extiende como sábana.
Sorda la vida
y este dolor de huesos rotos.
Llévame como un verso
Como una mano débil despidiéndose
de aquel que permaneció en tierra firme.
Anna Ajmátova
Lejos de todo recuerda los adioses.
Sabe que no hay país para sus huesos
mesa para compartir el pan
ni palabra ni abrazo.
No le espera borrón ni cuenta nueva.
Ignora la forma de salir
y da vueltas como perro en calle ajena.
Sin linterna rastrea un territorio
sin mapa ni brújula
sin guía
sin reloj.
Cambia de nombre y de papeles
y su rostro se desvanece en el espejo.
Un verso y una frase de amor
único equipaje.
Y en la memoria una mano débil
despidiéndose.
En cada plato
Mi sueño en cada plato
como tus ojos cuando tienes hambre
y en la cocina apenas hay mercado
tal vez un poco de cilantro
un pedazo de pan
agua para un caldo simple
aceite en la despensa
y cubiertos a la espera.
Huelo el plato ajeno en la memoria
la leche caliente para el frío
miel y limón cuando duele la garganta
y la taza vacía
sobre la mesa.
Mi sueño es no escribir sobre lo mismo
sino encontrar tu plato lleno.
Fotografía y mancha negra
En lugar de cadáver la fotografía
y la mancha negra.
El jardín devorado por las llamas
y los cirios en la piedra calcinada.
La cara sucia del dolor
único testigo.