María Díaz Revista Imán número 20

POEMAS

SOMOS DÍAS
Y al final,
uno llega a la simple conclusión de que
somos días.
Días de lluvia, en los que el ánimo abandona
y el quehacer más cotidiano
se vuelve insoportable.
Días de niebla,
en los que la realidad se plasma indescifrable
Días de luz,
de ternura desmedida,
de existencia amable.
Días de sed,
de ímpetu.
Días de entusiasmo que dejan paso al tedio,
al hastío,
a días de desganas insalvables…
Al final,
uno llega a la simple conclusión de que
somos días.
POESÍA
Poesía es el remanso,
que buscan las almas cansadas,
para tomar aliento,
para darse un descanso.
Poesía es el alto en el camino,
cuando observas lo hasta entonces recorrido,
te desprendes de los miedos adquiridos
y reemprendes nuevamente tu destino.
Poesía es la voz del sentimiento,
que rompe su mutismo
y se hace inteligible,
evitando así
el abismo.
Poesía es el peso que te quitas,
ese día,
que deciden por ti las emociones
y liberan la pena contenida.

 

NATURALEZA, DAME TU FUERZA
Una bandada de pájaros,
dibuja en el horizonte
el baile perfecto de un esfuerzo colectivo.
Del primero al último,
me ofrecen un espectáculo que añoro.
Tomo conciencia.
Intento abrirme camino,
fusionarme con su danza
y acompasar su vuelo con el mío.
Los girasoles, cabizbajos, conocen mi dolor.
Y no encuentran la luz para guiarme,
su esplendor fue efímero,
como efímera fue mi débil esperanza.
Naturaleza,
¿acaso no es asunto de los hombres?
Caminar al unísono,
fundir las voces.
Y los campos de trigo,
que muestran su verde balanceo,
obligan a parar al caminante.
No,
no hay forma de seguir hacia adelante
con la belleza de esa unión,
asomada a la orilla del sendero.
Naturaleza,
¿acaso no es asunto de los hombres?
Caminar al unísono,
fundir las voces.
Naturaleza,
ven,
impregna mi mirada de luces y certezas.
Naturaleza,
dame tu fuerza.

 

RESCATE EMOCIONAL
No te vi llegar.
Estaba todo tan oscuro.
Te acercaste con cuidado,
sorteando los escombros
y me diste tu mano.
Me susurraste “tranquilo, ya estás a salvo”,
pero no te oí.
Había tanto ruido.
Gritaban los miedos, los errores.
Vociferaba mi pasado a nuestro alrededor.
No te oí.
Me giraste la cara y secaste mis lágrimas.
Me susurraste “ya pasó”
y entonces te miré.
Detrás de tu aspecto frágil,
descubrí a una mujer fuerte, valiente.
Me cegaste con tu luz.
Me invadió una profunda calma.
“Ven, atravesemos la montaña, escapemos”.
Ascendimos despacio y desde arriba
me hiciste contemplar mis ruinas.
Dormimos abrazados,
conocí tu paraíso.
Nos miraba el futuro desde lejos
y el eco repetía tu nombre.
El mapa de tu cuerpo me mostraba nuevas rutas,
caminos de esperanza por los que transitar.
Lo paraste todo en un instante
y, a tu lado,
conocí la eternidad.

 

RESURRECCIÓN
Cerramos de un portazo el desamor,
abriendo el valle de mi sexo a tu tormenta,
liberando los relámpagos de un temblor incendiario.
Furiosas tempestades,
que atrajeron nuestros cuerpos,
quebrando silencios,
venciendo soledades,
redimiendo por fin nuestros pecados,
obteniendo el perdón en un espasmo.

 

DIÁLOGO ENTRE EL DUELO Y EL RELOJ
¿Qué sabrás tú de todo esto?
Tú, que sigues impasible tu camino.
Que repites tus ciclos con una magistral indiferencia.
Tú, que decidiste seguir a pesar de todo,
que entonas gráciles tic-tac como si nada.
No.
No esperes que vaya tras de ti.
No soy el perro fiel que lame las heridas.
Ni sé limosnear pretéritos perdidos.
¿Qué sabrás tú de mí?
Tú, que ignoras la poca consistencia de los días.
El abismo que se abre al final de la partida.
Párate.
Detén tus viejas manecillas.
Oxida de tristeza el segundero
Y vuelca sobre mí,
un ápice de llanto verdadero.

 

CARICIAS
Ayer te hablé de caricias ¿recuerdas?
Mientras saciabas tu hambre nocturna…
tras haberte agotado conmigo.
Recurso del amor para anunciarse,
ingenio del cariño…
lenguaje de los cuerpos…
de antiguo conocido.
Me resultaban distintas,
¿recuerdas?
sobre tu piel,
mis manos
no hablaban lo mismo.
A injusto saben ahora,
al conocer lo vivido.
Alimento que te di
vaciándome de mí,
sin apenas tú pedirlo…
sin apenas tú sentirlo.

 

QUEDARSE O IRSE
Es como observar el mundo a través de un catalejo.
Cuando entro en contacto contigo,
solo existes tú.
Todo lo demás desaparece.
Y te rodea el vacío más absoluto
y me engulle un vértigo negro,
que solo conduce hasta ti.
Es como una fiera cautiva,
mi corazón,
cuando entro en contacto contigo.
Se revuelve y busca la salida,
en vano,
sabiéndose sentenciado,
con su latir desquiciado.
Pero si me alejo,
si reúno fuerza,
vuelven los días
y una tenue luz.
Vuelven los planes banales,
Vuelven los llanos paisajes
y la vida sencilla,
de nuevo,
vuelve a acordarse de mí.
Pero,
¿cómo sigo hacia adelante
Si debo dejarte atrás?
¿Cómo lograr olvidarte?
¿Cómo aceptar un no más?
Porque… si te dejo ir,
si me vence el miedo,
contigo se irán…
…quizá…
el más cierto de los besos,
los intempestivos versos,
la piel encendida en llamas,
las madrugadas con alma.
Y volverán…
…quizá…
las noches en calma,
los desenlaces sin trama,
el transcurrir placentero
de quien no espera mayores sobresaltos
que una muerte por goteo.
Dime,
¿cómo sigo hacia adelante
si debo dejarte atrás?
¿Cómo lograr olvidarte?
¿Cómo aceptar un no más?

 

NO SUPE QUÉ HACER
No supe qué hacer.
Con la ilusión de tu silueta esperando en aquel banco.
Ni con las notas de un piano,
que de pronto se colaban en todas las canciones.
No supe qué hacer con tus besos,
ni con ese castillo que ocultaba un oso enamorado.
No supe qué hacer
con los puentes,
que unían tu vida con la mía.
¿Sabes?
No supe qué hacer con el amor.
Ni con la cama que quiso ser un barco,
soportando el vaivén de las mareas.
Así que no,
no me preguntes.
Porque no supe qué hacer.
Y la luna creciente…
seguirá siendo una “C”,
pero al revés.

 

MAGIA
En ocasiones, la vida, te regala maravillas.
Como sentir que te alimentas,
Enredado en mi regazo.
Mientras amanece.
Mientras todos duermen.
Y a lo lejos, los pájaros,
con su tímido cantar me hablan de ti.
Y su trino,
es más dulce todavía.
Mientras te tengo.
Mientras entreabres tus ojos grises,
venciendo el sueño,
tan solo por ver mi rostro
y hacerme sonreír.
En ocasiones, la vida, te regala maravillas.
En ocasiones, es posible ser feliz.

 

UN BIZCOCHO CON SOMBRERO
¿Puede usted imaginar…
un bizcocho con sombrero?
No lo dude,
inténtelo,
que hoy unniño es cocinero.
¿Puede usted imaginar…
una manzana bailar?
¿Y a los huevos desfilar
uno a uno hasta el puchero?
No lo dude,
inténtelo,
échele ilusión y esmero.
Es sencilla la receta
si usted lo quiere intentar.
Con cuatro pasos muy simples
seguro lo logrará.
Una bolsa de basura,
a modo de delantal
y un pinche disciplinado,
en quien poder confiar
harán de un mero bizcocho
un plato espectacular.

 

EMOCIONES ALTERNAS
Se van vuestros ojos
dejando atrás la noche,
abrazando con apetito voraz
un nuevo día.
Se va ese olor especial
que desprenden los pijamas
nada más levantaros,
una mezcla de sueños y saliva,
envidia de preciadas ambrosías.
Se va el bullicio
y la prisa.
Se va el correr por el pasillo,
tropezando los unos con los otros,
provocando lo mismo
mi nervio que mi risa.
Se van tras vosotros
a emociones alternas.
Y se queda la tristeza,
aguardando a ser domesticada.
Y los dardos,
suspendidos en la diana,
mudos y expectantes,
colgados de un vacío delirante.
Y se queda el tendedor,
que agarra vuestras ropas
todavía palpitantes
y se aferra,
resistiéndose al adiós,
vagando por la casa,
con mi corazón errante.
Se quedan tras vosotros,
a emociones alternas.
Las paredes.
El eco y el balón.
Se quedan tras vosotros.
Esperan,
como yo,
vuestro regreso.

 

PARA VOSOTROS
He guardado una canción,
las notas de un bandoneón,
el calor del sol de invierno,
dos bocados de pan tierno.
Una sonrisa sincera,
el verde de una ladera,
un hombro en el que llorar,
algún sueño que alcanzar.
Para vosotros he guardado:
el valor de la amistad,
un minuto en soledad,
el frío de la mañana,
la lluvia tras la ventana
un buen trago de cerveza,
y coraje ante la tristeza.
Para vosotros lo he guardado.
Porque es mucho lo que os tengo que contar,
más la vida es caprichosa
y a veces no deja hablar.
Porque es mucho lo que tengo para daros,
más el tiempo es limitado
y a lo mejor se termina
sin nada poder explicaros.

 

Y SI TE CURAS, ¿QUÉ?
Echo de menos nuestras tardes,
cuando salimos el uno al encuentro del otro
y nos hablamos.
Cuando caminamos despacio
y nos regalamos tiempo en pequeñas dosis.
Echo de menos nuestras tardes,
porque es en ellas cuando sentimos
que todo se detiene.
Cuando solo lo nuestro existe.
Cuando no hay nada más que escucharnos.
Echo de menos nuestras tardes,
esa parte del día en que somos invencibles.
Riendo de todo,
llorando de nada.
Y siendo como somos,
queriéndonos así.

 

TU CURIOSIDAD
¿De dónde salen mis versos?
me preguntas,
divertido,
sin entender absolutamente nada.
Yo sonrío.
Y callo.
Me observan tus ojos despiertos,
como quien busca una razón oculta,
algún gesto confidente,
que te muestre transparente,
esa parte de mí que desconoces.
Y yo no encuentro un motivo para darte,
una causa, un origen,
¿qué explicarte?
solo sé que dentro hay voces…
que reclaman libertad,
que se escapan,
atrevidas,
cuando estoy en soledad.

 

MARÍA DÍAZ BELLO (1974)

Estudia Filosofía y Letras por vocación, disfrutando en el camino y realizando una investigación que le llevará a obtener el Diploma de Estudios Avanzados.
En 2016, resulta finalista en el IV Premio Intergeneracional de Ensayo y Relato Breves “Valores para Unir” 2016, organizado por la Fundación para el Progreso UNIR, con Cuento de Navidad.
Ese mismo año, participa en La Noche en Blancozaragozana, ofreciendo sus versos en un recital de Música y Poesía en el Museo Pablo Gargallo, del que surgirá el grupo “As de Corazones”, con el que se embarca en el empeño de llevar la poesía y la música a todos aquellos rincones en los que haya gente con deseos de sentir.
En 2017, publica su primer poemario, Los Versos no se Olvidan del Amor, con la editorial Playa de Ákaba.
A finales de 2018, su relato Cascabeles obtiene el 1er Premio en la IV Edición del Concurso de Microrrelatos organizado por el Ayuntamiento de Cadrete.


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