(IMAN) Este 2019 se cumplen cuarenta años de la aparición de Olifante Ediciones de Poesía. En ella han publicado poetas como Ángel Guinda, Luisa Miñana, Manuel Forega, Carmen Ruiz Fleta, Antón Castro, Florbela Espanca, Mohsen Emadi,… y ha sido distinguida con la Medalla al Mérito Cultural 2002 del Gobierno de Aragón, el Premio El Búho 2005, el Premio Aipep Críticos de Aragón 2006 y el Premio a la Trayectoria Profesional del Libro 2014 del Gobierno de Aragón. También ha sido finalista al premio Cumbre Hispano Lusa 2009 del Ministerio de Cultura Portugués y de España por las ediciones de poesía -versión bilingüe- de autores portugueses desconocidos en España.
Trinidad, ¿cuál fue el detonante de este proyecto, que ilusiones metiste en la mochila al emprender el camino?
OLIFANTE.- En 1979 habían desaparecido editoriales aragonesas importantes con las que había aprendido el oficio de Editor (Puyal, Porvivir Independiente, Poemas…). Fue el momento para que una nueva editorial, con visión internacional, desde la llamada poética.
Su nacimiento llegó con luz propia: primera edición de Cartas de Luis Cernuda a Eugenio de Andrade, uno de los mejores poetas portugueses vivo en ese momento. Después de la primera publicación, Olifante debía de ser como una llamarada para primeras ediciones en versión bilingüe de poetas extranjeros, noveles españoles, inéditos de autores conocidos…
(IMAN) ¿Quién decidió el nombre y por qué?
OLIFANTE.- En aquel tiempo yo era estudiante de Filología en la Uni de Zaragoza y leía la Chanson de Roland donde Carlomagno hacía sonar el Olifante desde los Montes Negros (Monegros). La fonética y el sonido tan musical de la palabra me impresionó, así como su significado. Trasladado a una editorial, su significado habría de ser instrumento para convocar a poetas y lectores.
Más tarde, leí la palabra Olifante en la obra de Tolkien.
(IMAN) Con la perspectiva de estas cuatro décadas ya pasadas, ¿cómo ves las estelas en la mar? ¿Cuáles serían las luces y las sombras?
OLIFANTE.- Tu pregunta me lleva a Machado, “Caminante no hay camino, sino estelas en la mar”.
En lo referente al futuro, como dice Guinda, no me gusta hablar de él porque llega demasiado pronto. Pero el asunto, ciertamente, no se puede obviar. Aunque en mi vida personal no pongo límites temporales, sí con Olifante. Me gustaría conducir Olifante hasta cumplir ese medio siglo de existencia -está a la esquina- para que Olifante siga, después, en buenas manos.
Prefiero iluminar bien el camino, disipando la noche.
(IMAN) ¿Has estado alguna vez al borde de bajar la persiana?
OLIFANTE.- Nunca.
He tenido buenos maestros (entre otros, Mario Muchnik) como referentes e incluso consejeros en situaciones límite. Esta profesión es intensa, viva, emocionante; con recursos para fortalecer a la editora, incluso, en las adversidades.
(IMAN) En cuarenta años, por fuerza, los poetas, los estilos, las cosas cambian… ¿Qué cambios consideras positivos y cuáles crees que han venido a hacer las cosas más difíciles o menos interesantes?
OLIFANTE.- Lo más atractivo en esta profesión está en el descubrimiento de nuevos poetas; conocer la obra y la persona. Con los autores publicados formamos una gran familia. Todo cambio cultural, los diferentes movimientos poéticos son enriquecedores. Lo menos interesante y no prioritario, ha sido la ambición económica. La edición y su oficio es una arte.
Es importante que la editora favorezca establecer un vínculo entre el autor y el lector.
Por otra parte, es difícil pero debemos conseguir, que el contenido del libro y la estética del mismo establezcan una mixtura para que la editorial adquiera y consolide su personalidad.
(IMAN) Me vas a permitir que te haga la misma pregunta que a Raúl Herrero en el número anterior: ¿Podrías darnos una breve lista de razones para ser editor en el XXI o para dejar de serlo?
OLIFANTE.- Ser editora por vocación, por compromiso humano, cultural y social. La editorial templa la voz de quien la dirige. La editorial adquiere su propia vida. Eres editora, finalmente, por devoción.
No tengo razones para dejar de serlo.
(IMAN) ¿Cuántos inéditos recibes al año? Y, cuando alguno te llama la atención, ¿cuándo consideras que un texto está listo parta editar?
OLIFANTE.- Olifante recibe entre 30/40 inéditos al año.
Se edita cuando la editorial considera (tras su lectura) que el libro encaja en alguna de nuestras colecciones y a la espera de un turno riguroso respetando la edición de anteriores compromisos.
(IMAN) Echando la vista atrás y aunque damos por hecho que quieres a todos tus libros por igual ¿hay algún libro que sea especial para ti? ¿Por qué motivo?
OLIFANTE.- Los libros publicados son como los hijos que pares, todos son queridos y todos son especiales por una u otra razón. Su lectura, en el tiempo, supone siempre un descubrimiento.
(IMAN) ¿En qué te fijas más a la hora de valorar la marcha de la editorial: en el reconocimiento de la marca Olifante, en la repercusión mediática, en las ventas, en esos nuevos manuscritos que te llegan…?
OLIFANTE.- El reconocimiento y el reconocerse en el proyecto editorial es fundamental, desde una misma y desde los demás. Mantener la llama viva desde la lectura de los inéditos que llegan a diario y que todavía leo en su totalidad, valorando -como una idílica editora- la posibilidad de su publicación.
(IMAN) Colección Olifante, Papeles de Trasmoz, Colección Veruela, Colección Antonio Machado, Audiovisual, Colección Voces de Olifante, Serie Maior, Prosa, Colección Haya (Olifante Infantil) y Colección Olifante Ibérico. De cara a la nueva década que estamos a punto de inaugurar ¿cuáles serían las colecciones que más te ilusiona potenciar? ¿Cuáles son los nuevos planes y proyectos?
OLIFANTE.- Y Colección Moncayo, inaugurada recientemente.
Cualquier colección de Olifante es estética. Todas ellas me gustan y dan existencia a la editorial. Han participado, en su diseño, Vicente Pascual, Ricardo Calero, Demian Ortiz, Lourdes Lalana o Paulainblue.
Las futuras publicaciones serán de autor/a con primeras ediciones, antologías, traducciones y poesía en relación con todas las disciplinas artísticas.
(IMAN) ¿Hay algún “decálogo del editor” que quisieras trasladar a los editores más jóvenes?
OLIFANTE.- No hay editorial sin proyecto. El proyecto editorial ha de velar por la calidad de contenidos y la excelencia en la edición.
El corpus de autores con la editorial constituirá una gran familia.
Trinidad Ruiz Marcellán.
Fundadora de Editorial Olifante. Dirige las Colecciones Olifante, Olifante Ibérico, Moncayo, Papeles de Trasmoz, Serie Maior, Voces y Haya.
Con Marcelo Reyes fundó y dirigió los Festivales Internacionales de Poesía Moncayo y el Premio Interna¬cional de Poesía de Miedo.
Creó la Casa del Poeta de Trasmoz y la Ruta de los Hermanos Bécquer (Comarca de Tarazona. Zaragoza
).
En 2017 publicó su primer libro de poemas, “Traducción del silencio”.
Incluida en las antologías de poesía “AntiAérea 2018”, “Amantes”, “Yin”, Versos al Paso en Madrid y Revista de Occidente.
Inédito “Moncayo Moncayo. Olimpo del Sistema Ibérico. Una carta de amor como un disparo”.
En 2017 publicó su primer libro de poemas, “Traducción del silencio”.
Ha recibido Homenajes de Amigos en la Casa del Traductor y de Revista Ágora.