Omar Fonollosa para la revista Imán Número 22

Llevando la contraria a Neruda

Me gustas cuando hablas
porque te sientes libre
y la libertad te hace guerrera
como un pájaro herido
que surca horizontes
con un ala rota.

Me gustas cuando no te callas
y cierras de un portazo la boca
de quien te juzga
porque tu voz
tiene color y forma
y sabe que hace bien con existir.

Me gustas cuando rompes límites
y me miras para que los rompa contigo
porque te pareces a la palabra alegría,
mariposa de rizos azabaches.

Me gustas cuando hablas
porque te sientes viva
y haces comprender
a todo aquel que te escuche
el sentido
de seguir viviendo.

 

Promesas

Prometería no volver a defraudarme;
pero me defraudaría
rompiendo
mi promesa.

No dudo que las golondrinas
terminen con canas en el canto;
con menos ganas
de volar
que un piloto de avión.

Llámame egocéntrico si quieres
pero mi ombligo necesitaba una caricia.

Esto es lo único que me calma en noches de ansiedad;
soledad;
rabia
y desconsuelo.

Menos mal que los atardeceres son eternos;
el sol arropándose en la cama
mientras la Luna
gobierna la oscuridad,
a veces incluso
apoyada en mi balcón
con la cabeza en un corazón
que la parte por la mitad.

No discuto porque nunca tengo la razón,
y es que a golpe de canción
escribo el verso,
doy el beso
y me quito todo el peso
que unas alas fingidas pueden soportar.

Si te grito de viva voz
estando en silencio
nunca sabré si me dejas mudo.

Aunque tenga motivos para destrozarte el mundo que mata
y muere,
que roba y entrega,
que sale y espera,
sé saber estar
a pesar del frío,
de la ansiedad
y de los monstruos que llegan a caber en mi cabeza.

Me siento cobarde.
Tal vez porque lo haya sido en algún momento.
Tal vez porque lo sea siempre.

Me he engañado más veces de las que merecía,
necesitaba y
pretendía,
ahora es cuando no hay remedio.

Yendo a ninguna parte
termino llegando a donde menos me espero.

Llamo a cualquier rincón
palacio
si estás al otro lado de la mirilla.

Rompo filas,
columnas
y pilastras para que te quedes.
Aquí.
A mi izquierda,
derecha
o donde quieras,
pero cerca.

No suelo esperar mucho de nadie.
Ni de cualquiera,
ni siquiera de mí.
Echo de menos
como echan de menos los perros
a sus dueños.
Y aún así
tienden a morderme la trayectoria
del verbo “echar”.
Y lo siento.
No de disculpa;
sí de sentir.

Quiere convencerme de que me abre los ojos
la misma persona que me pone delante una pared.

Falta mucho por hacer.
Mucho por decir.
Mucho por demostrar.
Y lo siento.
No de disculpa.

 

Guerra

Para ganar la batalla,
debes sudar en el combate,
recoger cien veces la toalla,
no posar ante un escaparate.

Hacer frenar a los raíles,
rascar la tripa de las envidias,
olvidar el vientre de los fusiles,
no besar frutas prohibidas.

Para ganar la batalla,
debes perder cien veces la guerra,
aprender que quien no corre, vuela;
y quien no llora, estalla.

 

Estaciones

Hay domingos
que tienen síntomas de lunes:
fiebre demasiado alta
y sudor en las palmas de las manos,
un revoloteo de seres inanimados en el estómago
que habitan
donde habita el olvido:
en la parte más frágil de la memoria.

Hay otoños
capaces de contagiar locura a los inviernos.
Hay estaciones que duran lo que dura
una
noche
de
verano.

Quizás me haya equivocado
al ponerle nombre a tus pestañas,
al haberlas peinado con un pequeño soplido
cerca de tus párpados…
Pero veo el verano en tu mirada,
las olas de una playa que nunca acaba
y la arena mojada entre los dedos de tus pies,

Si estuviera delante de ti,
ahora mismo,
te diría que bajases las persianas,
no sea
que nos moleste la luz al abrir los ojos
después de besarnos.

Quiero que me susurres en braille
haciendo surcos con tus labios en mi piel,
que me cojas la mano
y yo,
siga creyendo
que las yemas de tus dedos
son el código morse más indescifrable.

 

Y sin embargo

Y sin embargo
esperar que me bese
es como pedirle a la luna que queme.

 

 

Omar Fonollosa

Empezó a escribir sonetos a los diez años, posteriormente conoció el verso libre. Ha sido entrevistado tanto en El Heraldo de Aragón como en El Periódico de Aragón así como en diversos programas radiofónicos. En 2017 un poema suyo fue seleccionado para el proyecto Poesía para llevar. En octubre de 2019 se publicó su primer poemario, Desde la más estricta soledad.


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