Cuando estalló la Primera Guerra Mundial Apollinaire solicitó la ciudadanía francesa para alistarse como voluntario; Braque y Derain fueron movilizados, Picasso se despidió de ellos en la estación de Avignon el 2 de agosto de 1914. En otoño, aún en Avignon, abrió el periodo del cubismo puntillista. De retorno a París a mediados de noviembre, su en cierto modo ambivalente actitud hacia la guerra y su relación con sus patrones alemanes Kahnweiler y Thannhauser, unidos a que la mayor parte de los hombres jóvenes estaban en el frente, provocaron que Picasso fuera visto con desconfianza. Durante la guerra su trabajo se centró en bodegones cubistas y retratos de estilo naturalista; el cubismo, puntillismo, manierismo y neoclasicismo coexistieron en su trabajo desde 1917. Al finalizar la guerra, aunque siguió trabajando simultáneamente en estos estilos tan dispares, Picasso tendió poco a poco hacia un estilo neoclásico, que se mostró plenamente desarrollado en 1920 y que sustentó su interés hasta 1924.