María Pilar Martínez Barca
XXXV Premio Internacional de Poesía “Juan Alcaide”, 2016.


Cuando la luna insomne nos retorne al olvido,
seremos como pájaros del cerezo en espuma
en el límite ingrávido de la sombra.
Caminar sobre el agua es el más arduo empeño;
en tanto que la luz se apaga macilenta
como si no existiese
más que un soplo indeciso en los acantilados.
Y el sueño de las águilas se confunde en la niebla.
Noche sola, sin eco que despierte
el desvelo sin fondo de otra noche
más profunda, sin sombra.
Afuera hay una luz, como un túnel de ramas
que siguen deseándose intermitentemente.
¿Cómo cruzar el lago sin que el fanal deslumbre
la quietud interior?
Sigue una lucha intacta tras los párpados ciegos,
sin palabras, ausente, tan apenas sin roce
que hay que escuchar muy quedo de alma en alma.
Cuando la luna insombre nos bendiga en su luz
seremos como pájaros en la estación del agua.


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