Este es un poema que dediqué a M. M. Forega al leer su poema Poesis
Para M. Martínez Forega a propósito de su poema Poesis en mi blog
fernandosarria.blogspot.com
Dice el poeta que el tiempo lo posee todo,
pero que cuando consigue descansar,
abrigado a la luz de algún silencio,
puede enunciar un mundo de telúricas imágenes,
ese término en que invierte las emociones
y se deja llevar por todos los arrabales de la memoria.
A pesar del aire, respirar no es sencillo.
Arder entre las sílabas que forman las cosas, al nombrarlas
en este bosque de fronda interminable,
se hace demasiado difícil en las largas tardes de invierno.
Me debe la humedad la lluvia,
su temporal devastador,
la tormenta ciega, el fuego del relámpago.
Pero soy agreste cuando solitario me habita un lobo,
camino por la senda invertebrada de la mentira
o me dejo seducir por el deseo imperturbable de mi piel.
Trae la noche ásperas estrellas,
astros calcinados hace miles de años,
y sin embargo sentirlos, suaves
como quebradas preguntas sin respuesta humana,
deja en el viento,
que me acalla, el dolor del misterio.
En la urdimbre de las rosas,
en su aroma prendido al pecho,
en esa quimera de dragón que cruza la luz
y se hace dueña del jardín
enumerando el sueño de las últimas arañas,
en su tela ya rota y apenas reconocible,
entre los pájaros ahora de silentes vuelos
o en la desarbolada rendija de frutos y guirnaldas
de las cuales se apodera el humus,
hay todavía exenta la caricia de un verano pródigo y candente,
todo lo que rezuma la sed de los días perdidos.
Desde este rincón del cielo,
o tal vez de un infierno interior y posesivo,
absorto en la ciudad y en sus arterias,
un río sin puentes se deshace en mí
y me llama a hurgar en todas las cosas que pueblan mi sangre…
tal vez sea mi poética un cúmulo de símbolos
o únicamente la manera más sencilla de pedir que me quieran,
que me escuchen y me deban algo por lo que recordarme.
f.