Sonámbula, siniestra y solitaria

a través de una larga noche sin consuelo,

las pirañas arrancan mi alma,

el frio soporta el espacio,

el ardor de mi tristeza,

el ahogo en la carne abierta a la muerte.

 

El universo es un instante en la memoria,

calma vuelta a la ceniza,

mandamiento abrasado de misterio,

llanto, nacimiento, penumbra,

abrazo olvidado.

 

Es hora de la resurrección,

de la ausencia y el quizá dormido.

 

Despreciamos el instante,

el llanto de una sonrisa,

el minuto vivido,

el regreso a la consciencia,

la mirada a la senectud

en un sencillo verso

atormentado en un poema.

 

Pero te irás un día

en un momento ¿y qué?

¿qué has hecho? vivir y ¿eso qué es?

 

La aurora se despluma

en una larga noche sin consuelo,

las pirañas transitan en nuestra evocación

ante una página en blanco,

ante ese nombre muerto,

ante un lenguaje furtivo.

 

Bulbo desangrado de horas.

La vida cabalga en ese quizá.

 

Pero te irás un día

en un momento ¿y qué?

¿qué has hecho? vivir y ¿eso qué es?

 

Giran las sílabas en el intestino de un cadáver.

 

Belén Mateos

 


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