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Alvaro Miranda Buranelli

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EL HOMBRE CON CUALIDADES

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Empezó por demostrar que el carácter era uno de sus rasgos típicos.

El otro era la personalidad creadora. Goethe había dicho:

“la baja calidad de la literatura de esta época

radica en que no hay escritores con suficiente personalidad”.

El hallaría la forma de encontrar o abrirse camino.

Los salvajes lo persiguieron con sus talismanes. Los jíbaros esgrimían postales

de sus reducciones. Los falsos ingenuos facilitaban el camino.

Le cortaron las vías de acceso a la civilización.

Le condenaron al tam-tam de los tambores. Anduvo perdido

pero nunca perdió la conciencia y así el sufrimiento era mayor.

Acusó recibo. Nadie se le enfrentó directamente pero los alfileres

se clavaban en su figura. Maffia negra. Maffia negra.

No estaba dispuesto a claudicar. Si había que morir lo haría peleando.

Preferible a entregarse dócilmente. No era su naturaleza.

Si la sangre tenía que correr haría algunos tajos antes del corte profundo.

Tampoco quería ser guerrero. Lo llevaron a ello. Había que defenderse.

Quería hacer dos o tres cosas antes de desaparecer en ese humo

del olvido. Lo peor era que no lo dejaran hablar, que le impusieran

el silencio. Proclamándose devotos libertarios tapiaban la palabra

del que discrepaba con ellos. Fueron los tiempos de la “heroica democracia”.

Con la roca en su espalda seguía subiendo la montaña.

Se abriría camino contra todo enemigo. Cuando era joven quiso ser él mismo,

Hacer cosas, actuar, crear con personalidad. El hombre equivocado

en el espacio equivocado. Pero carácter y personalidad, dijo Goethe

y él sabía que nadie le quitaría esas cualidades.separador_25

de Yo mismo soy un extraño aquí.

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SESGO

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Si vamos hacia algo

de pronto, una movida equivocada

nos desvía y no llegamos

quizás una señal mal interpretada

por cuestión de lenguaje o confusión

y hasta por miopía

escuchamos la palabra que debería dirigirnos

hacia donde queremos ir

pero el imperfecto oído nos traiciona

y una letra nos cambia el rumbo

saltamos prolijamente todos los obstáculos

y un roce leve no calculado

nos desbarranca

una idea nos deslumbra

pero al intentar describirla se desvanece

un lugar al que no fuimos

un viaje decidido a último momento

en este juego de piezas sueltas

que suben, bajan, a izquierda, a derecha, se mueven

aun cuando, en el mejor de los casos

se sepa adónde queremos ir

sin saber si llegaremos

qué decir de los que vagan

sin rumbo fijo

si en cada instante intentamos trazar

una figura fugitiva que nos desvía

viviendo al sesgo

y vemos un camino derecho

de piadosas actitudes transformadas

en sacrificios humanos

heroicos actos de salvataje

que acaban en destrucción.

Tenemos un sueño y no sabemos

si es nuestro sueño

o el que nos obligaron a soñar

y creemos nuestro.

La carretera está sembrada

de caminos laterales

que nunca recorreremos

y escribo una línea que no es mi línea

deseo para sentir el miedo

estamos yendo hacia algo

pero habrá una movida equivocada

y no llegaremos.

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    De Cámara profunda.   

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ESCENA DE PÁJAROS

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Pájaros revolotean. Dan vueltas alrededor de mi cabeza

como alrededor de un campanario. Se detienen en torno

a vigilar los movimientos. Nada les será ajeno, nada será extraño

para ellos, ¿qué efecto producen sus alas girando sobre la torre?

¿qué efecto los sonidos que producen en el silencio de la altura?

El más leve susurro los espanta, el murmullo de mi corazón

puede hacerlos volar. Una mano quieta como una montaña

se detiene en el gesto. Los pájaros, leves como un sismógrafo

presienten los movimientos. Si el cerebro busca una respuesta

ya no estarán allí. Si la obsesión te cierra su trampa

vuelan lejos. Sólo si te detienes como una máquina gastada,

si evitas el roce de las sombras, si entras en parálisis,

girarán en torno, te acompañarán. Solitario como una rosa en el desierto,

como el relámpago, como una moneda en el abismo

has sentido sobre ti el enorme peso del cielo sin color

sin sonido, sin movimiento. Cayendo como un guijarro en la ladera

sin fondo hacia un final que vendrá envuelto en el tiempo,

dejándote caer como un animal vencido, las alas rozan

tu pensamiento, el graznido se parece a la voz humana,

los picos crujen como ejes sólidos, la rueda da vueltas

en el espacio, la mente sigue el giro de los pájaros,

vuela con ellos en la confusión íntima, el corazón cruje

como la madera reseca, formas parte del paisaje

que te rodea. Dócil como el campanario en la torre

vuelas en torno débilmente, árido y pequeño como yo.

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de Cámara profunda

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