ADAGIO

Adagio que corre sobre papel como si no existiera otro andén. Palabras que se lleva el viento

y aún escritas se desvanecen

 

si no les acompaña el sentimiento.

 

 

Sueños que plasmar. Esperanzas que abordar. Andenes que probar.

 

Blanco tronco que viste mi prosa, cuan adagio en una umbría sedosa. Sobre mí se ciernen sus raíles oxidados,

su tronco desgastado, sus sueños malogrados. Su esperanza,

suave, lenta, sentida.

 

Su promesa convertida en mi más leal poesía.

 

 

COMO UN NAUFRAGIO

Una chica mira al frente

 

y ve su reflejo acorralado

 

en la asfixia vacía de un puente.

 

 

Su mirada ida,

 

busca perdida mientras

 

se inunda en un mar de sangre.

 

 

Como un naufragio,

 

se inundan sus huesos.

 

La maleza se va cubriendo de miedo y solo quedan las heridas,

que retornan indemnes al inicio del filo.

 

 

Una chica mira su reflejo y se ahoga.

Se ahoga y no respira.

 

Pide auxilio con una mirada de loba.

 

 

Brillan sus ojos cuando una fuga,

se convierte en afluente.

 

 

La nada lo arrastra todo. Se vacía la sangre

y solo quedan las grietas,

 

sobre las que plantar las nuevas raíces.

 

 

PRESOS DE LA NADA

Se mueven continuamente los cuerpos que se ignoran presos,

las almas que se conocen lejos.

 

 

Marcharé cuando comprenda que no hay dónde, cuando un fusil imaginario apriete fuerte

y sean mis manos inocentes quienes ignoren

el gatillo que sostienen.

 

 

Como presos de la nada, ignoramos los horizontes

que ante nosotros se levantan, inventando realidades

en una cárcel llena de maldades

 

 

Y el tiempo calla.

 

Pereceremos en una ausencia sombría, condenados

y sin salida.

 

 

¿A dónde huir cuando no hay dónde? Sin otro lugar al que mirar,

te enfrentas a ti mismo.

 

No hay dónde escapar.

 

No hay lugar donde esconderse.

 

 

 

¿Qué habrá después del fondo?

 

 

Yo,

 

que he caído y he sentido la tierra húmeda de cada uno de sus precipicios,

lo ignoro.

 

 

Habrás tenido que abandonar alguna vez tu barco. Habrás tenido que tocar el suelo de tu falsa muerte. Habrás tenido que sentir la vacía sensación de indagar si podría haber otro fondo al que bajar.

 

El despertar de las conciencias dormidas, en mitad de la asfixia. Quedarte sin aire y darte cuenta,

que siempre que mires hacia abajo y veas esa profundidad,

no deberás ceder.

 

 

Quedarte en silencio y aguantar la asfixia. Aferrarte a cualquier corriente que,

con sus invisibles huellas,

 

te ayude y enseñe la buena dirección de los suicidados que,

creyéndose ahogados,

 

encontraron la superficie que al principio ignoraron, luego imaginaron

y más tarde respiraron.

 

 

Aférrate a la idea de que al igual que el mar, nosotros nunca tuvimos,

ni tendremos fondo.

BIOGRAFÍA

María Martín Hernández. Zaragoza, 1996. Estudiante de Filología Hispánica en la Universidad de Zaragoza. Empieza a escribir desde muy pequeña y a la temprana edad de catorce años comienza su andadura en el mundo literario a través de la primera novela que escribe, quedando finalista con ella en el Premio Jordi Sierra i Fabra 2014. A partir de entonces no ha parado de presentarse a premios y realizar pequeñas publicaciones en revistas y algunas antologías editoriales, como en  La página escrita, Diversidad literaria o ACEN Editorial .

Comenzó a escribir poesía en su adolescencia y desde entonces lo ve como una necesidad personal. Le encanta la literatura y el cine, es alumna también en la escuela de cine Un perro andaluz, en su ciudad natal. Asegura que lo suyo es la creación de historias en todas sus variantes. Esta joven no sabe que le deparará el mañana, pero de lo que sí está segura, es que seguirá escribiendo y creando historias pase lo que pase.

 

 

Poética

 

Tiempo y muerte, vida y abismo.

Una utopía donde todo es posible,

donde lo negro puede a lo blanco y lo blanco a lo negro.

Una vida que puede valer por mil vidas más.

Es alma, deseo, anhelo, soledad, risas, perdidas,

trenes que marchan y estaciones que esperan.

Es tinta y papel, es verdad.

La poesía es utopía, éxtasis y eternidad.

 

 


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