Poemas de María Molina, de su último poemario “Tu Voz y Mi Palabra”. Editorial Quadrivium.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Me abraza el suave inicio del atardecer.

Esa íntima luz que envuelve

los versos del poema con un tul

que difumina la cruda dureza del mensaje.

Ahora no encuentro las palabras dulces,

los colores vivos y el jugoso sabor

de las cerezas.

Ahora,

soy hierro que se funde

y que se quema,

Piedra que aplasta los deseos,

trueno que anuncia la tormenta

que pronto inundará mi casa.

Se va el anochecer…

y la tristeza cierra las ventanas.

Rasgo las ligaduras

de un anónimo exilio.

He estado lejos demasiado tiempo.

Quizás nadie me reconozca.

Me bauticé con un nuevo nombre.

Esta mujer que vuelve,

caminará erguida,

los ojos llenos de luz

de la venturina y el ónix

que le regalaron

los mares del Sur.

¿Qué manos limpiarán mis heridas

cuando sangren?

Cuando el odre de la plenitud

se vacíe,

¡quién lo volverá a llenar?

¿Qué nuevos signos

escribirán mi historia

sobre el frágil papiro

de mi piel?

¿Qué respuesta me daré

cuando se abra

El último interrogante?

Aun así,

en el enterrado bulbo

del miedo,

sigue germinando la esperanza.

 


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