Negadnos la primavera
que acontece en nuestra entraña
rasgad la tersa piel de tambor
que vibra cada noche en la memoria
acunad a las serpientes
acunad
mientras se enroscan sigilosas
en el cuello de la rectitud
amansad a los leones
amansad
con la entramada melodía histórica
del chirriante engranaje del sistema
Acunad a las serpientes
acunad
¿no sentís su hartazgo
y la piel encarnada de su abdomen siseante
sobre el asfalto hostil del mundo?
amansad a los leones otra vez
¿no escucháis rugir
a todos sus ancestros muertos a manos del puñal?
¿no escucháis temblar a sus pupilas dilatadas?
Miradnos con los ojos que miran hacia otro lado
cuando suena un grito ahogado en el desierto
tenemos la piel de la serpiente
y la garganta del león
el vientre de la mujer
que habitó la Tierra
ya teñida de su propia sangre
Dejamos nuestras huellas en todas las flores
arrojadas al centro de las plazas
dejamos nuestra risa en el viento
para que suene donde no pudo aún estallar
Miradnos con los ojos cerrados
acunad a la serpiente y al león
que en nuestro vientre se gesta la rabia de otros cuerpos
y la alegría de sabernos libres
pese al corsé oxidado de la Historia
Mi generación no tiene agujeros en los bolsillos
ni en el estómago
pero llora como un río seco
que un día inundó pueblos
Mis manos
las nuestras
son remos son barca
en su caudal liviano
Mis ojos
los nuestros
una lámpara de aceite
que portamos rota en los túneles
manteniendo ardiente la llama
Mi generación no besó nunca la boca del fusil
ni la del hambre
pero muerde ferozmente la incertidumbre
y bebe del agua estancada a nuestros pies
Mis brazos
los nuestros
son largas cuerdas ásperas
que anhelan la firmeza
Mis párpados
nuestros párpados
se cierran ante la luz cegadora del mañana
que tiene los ojos
intensa
y desaforadante
oscuros
Mi vientre es una urna de cristal
que guarda las cenizas de la piel renegada
Fuimos catapultadas al odio
y arrancadas del amor que se profesa
hacia el cuerpo que te yergue
Fuimos desnaturalizadas de aquello con lo que nacimos
y desterradas a habitar la tundra
sin un manto al que abrazarnos
Nadie nos enseñó a cerrar la herida
pese a que la cortura sea un hecho impuesto a nuestras manos
nadie detuvo la hemorragia
pese a apartar la sangre de lo corriente
hasta hacerla pantano de la vergüenza
Mi vientre es una urna de cristal
que alberga el latir interrumpido de la primavera
que arrulla al animal herido
que siente el crepitar del fuego
BIOGRAFÍA
Sandra Lario Prada (Zaragoza, 1993)
He estudiado periodismo en la Universidad de Zaragoza y fotografía en la Escuela Spectrum Sotos de Zaragoza. Así, a través de la palabra y la imagen, trato de mostrar el alma y el rostro del mundo. He trabajado en varios medios de comunicación, he realizado un proyecto peridístico independiente en Angola y formo parte del equipo de la revista cultural Zero Grados. Pese a ello, y como a gran parte de mi generación, la hostelería me da de comer.
En el terreno poético, soy autora de Subterfugio (Ed. Estrellas Fugaces, 2016) y parte de la Ascociación cultural Noches de Poemia junto a Luis D. Guebba, Adrián Flor y David Jaraba, con la que organizamos eventos poéticos semanales en La Bóveda del Albergue de Zaragoza (entre los que se incluye el Altercado Slam), así como el festival ‘Rasmia. Festival de Poesía Joven de Zaragoza’, coordinado junto a Juventud del Ayuntamiento de Zaragoza. También he publicado poemas en las antologías Muestrario Entreversados 1.0 y Altercado Poético 10+1, en la revista cultural bilingüe El Beisman, en la revista Ágora, en el fanzine colectivo Cizalla y en el espacio digital Fanzine35 de la Asociación Aragonesa de Escritores.
POÉTICA:
Entiendo la poesía como una manera natural de sangrar a través de la palabra, un espejo en el que mirarse hasta reconocerse y mediante el que mirar también el mundo. Escribo cuando el mundo me duele, cuando siento la herida colectiva como propia y también cuando siento que la herida está dentro de mí misma.
Considero que la influencia literaria es un entramado complejo de lo que somos, leemos, escuchamos y experimentamos, pero si he de nombrar a una referente esencial en la poesía que me ha dado tiempo a conocer, esa sería Alejandra Pizarnik.