Emilio Pedro Gómez Revista Imán número 23

De “Heridario” (1986)

Apaga dulcemente los ojos

 

sólo existe tu cuerpo

junto al mío

ninguna interferencia

ningún rito

aquí puedes

desvendarte los sueños

atravesar esas fronteras

que llevabas pegadas a la piel

dejar volar tus pétalos de hembra

desbordada

descoserte

y soltar tu lenguaje

 

todo está sin vallar

no caben cerraduras

en tu carne

todo beso es posible

 

es ancho el tiempo

y tuyo.

 

 

De “Álbum de rotos” (1995)

 

SAN MARTÍN DEL SILENCIO

 

El alma de esta casa

entregada al hayedo

los prados de la Cuasta y al pinar

(su toquilla de robles a la espalda) …

el alma de esta casa se ha hecho nuestra:

aquí somos muy l e n t a m e n t e

-desconocida sensación de estar creciendo-

aquí la intimidad es atrevida

nos florecen abstractos, anchos, síes

nos decimos sin voz

nos conmigamos

tú en la paz del Turbón hospitalaria

yo en la niebla que roba los queixigos.

 

Y la casa se adentra en el paisaje

(nosotros adentrados en la casa)

aparecen los tús que más me gustan:

flotante, embelesada, temblorosa…

 

Si nací para algo

por descubrir un quién

en algún sitio

el lugar de la cita es esta casa

en plenitud de soledad, contigo.

 

De “La nieve horizontal de los vilanos” (1996)

 

 

 

Al entrar en la iglesia

se reconstruye el mundo:

la beatitud de los objetos,

el monopolio silencial de las plegarias

que autómata recita muy unánime,

más el rumor tan familiar de la homilía

durándole la infancia…

se integran al exacto lugar que corresponde.

 

Más al salir de nuevo al pórtico

una cortina extraña de aire

le desordena el horizonte…

 

y Dios desaparece de su vida.

 

 

 

 

De “Meacuerdos” (2.000)

 

* Me acuerdo de los programas de mano de los cines de Astorga. Hacíamos con ellos aviones de papel que arrojábamos desde lo alto de la muralla, en las claras mañanas de domingo.

 

* Me acuerdo del olear de la bandera, la sinfonía en blanco y negro, y la inflamada voz de Matías Prat sonorizando el NO-DO.

 

* Me acuerdo de que creía en los milagros porque los milagros existían. ¿Acaso no dejaban los Reyes sus regalos?  ¿Y qué otra cosa que un milagro podía ser que un desconocido se hubiera dejado olvidada una caja de lenguas de gato en la pescadería? ¿No eran milagro el circo, la leche condensada, el cine,los veranos?

 

 

De “Sílabas blancas” (2.005)

 

 

…y se quedó esperando para siempre

César Simón

 

Ahora que no estás

nunca me faltas.

 

Sucedes a través

de lo desconocido:

el átomo infinito

la dulzura sin dueño…

 

Has dejado en mis manos

un hueco de paloma

que respira.

 

 

De “El después del relámpago” (2014)

 

 

TEMORES

 

Dejar de ser lugar

de encuentros

 

abandonar la casa del instante

 

perder la luz de la conciencia

la flexibilidad en los abrazos

el hondo escalofrío del asombro

 

confundir un halago

con un mérito

 

ignorar lo que pierdo

si acaparo

 

desactivar el germen de la duda

 

olvidar el olvido

que encubre las infamias del poder

(traslucir mansamente

su lenguaje)

 

dejar de resistir…

 

El miedo que no tuve

me mira sin saber

qué le reclamo.

*

 

No existe en libertad

lugar de origen.

 

En patria alguna hallé

la verdad que nos hace,

motivo de bandera,

ni mérito de ser

bielorruso, zulú, coreano, suizo…

 

No hay secreto de estado respetuoso

ni lugares sagrados.

 

Cada silencio es un país

donde nacer de nuevo

en cualquier parte.

*

 

 

De “Motivos de horizonte” (2015)

 

 

Cada día un poco menos             

                            poder…                                    

                                      Pedro Provencio

 

Este abedul tan joven

¿conseguirá escalar

el cielo herido?

 

La curva de la senda

rompe el viento

anidado en sus ramas.

 

“Huye

antes de ser talado.”

 

Cada árbol

comienza a ser

un disidente.

*

 

Despejad las palabras.

 

Como un puente

                     o un río

el idioma es de paso.

 

Despejad las palabras.

 

Hasta que todas clamen

con sus patrias en blanco

los huecos de su voz.

*

 

 

De “El eco de la luz” (2017)

 

 

Por ti

de mi hierba pisada brota

una ternura inabarcable.

 

Me extiendo a lo que anhelas

me anticipo al vibrar

de lo que tocas.

 

Tan pequeña tu vida

¿cómo me inmensa tanto?

*

 

 

 

Procuro acariciar

tu delicada libertad de confundirte

 

no evitarte rasguños

y fronteras

que te haces al crecer

 

domar mi afán de protección…

 

no vaya a lastimarte

para siempre.

*

 

 

 

Inéditos

 

 

Contemplas

cómo huye la inquietud en el paisaje.

 

Queda la mansedumbre de las hayas

y los callados trémoles.

 

Salen copos de nieve

silencios de tu boca

vacíos por decir.

 

No cabe más verdad en tanta calma.

*

 

 

INSTANTÁNEAS

 

“Ven a lo inmóvil”.

Como página en blanco

me llama el bosque.

*

Cuando me mira
la vaca ve el silencio
mejor que yo.

*

Ajena al mundo

riega flores de plástico

en el balcón.

*

La profecía

de un canto que se aleja

queda en la rama.

*

Rozas mis ojos

atenta a la tristeza

de lo minúsculo.

*

 

 

DESALIENTOS

 

Los campos de concentración de la palabra:

vectorhipotecajusticia

caben en cualquier boca

sobre el sumiso hollín del canto

 

el peso de la espera

 

el pájaro a soñar

que no vuela el presente

tan lejos de sí mismo

 

silencios que pronuncian cavidades

 

el amor que no llega a fermentar

fuera de vía

 

estar en dos otoños a la vez

 

tristeza

de no sentir tristeza en lo que pierdo

sino rabia

 

ese sabor a menta

de todas las victorias

en las que nos hundimos.

 

*

 

 

Nada de más:

posesiones, poder, gloria…

 

Me conformo

con mi pequeña resistencia en pie

y un cielo de bolsillo

en el instante.

*

 

 

¿Cómo saben los pájaros

cantar lo que no saben?

 

¿Cómo entonar

sólo un sorbo por ciento de su altura?

 

¿Cómo decir “existo”, “ahora”, “junto a ti”

con su trino inhumano

y oírse en esa vibración unánime

del bosque al arrancar el día?

 

¿Porqué cantan los pájaros?

Tal vez para explicarnos cómo ser

sin más

la nada en que venimos

la nada a la que vamos

su pausa de alegría en lo que late.

*

Emilio Pedro nacido en Astorga (León) ha desarrollado su vida profesional como profesor de Matemáticas de Secundaria por tierras de Aragón.
Inició su andadura poética con los poemariosHeridario (1986), Solamor(1991) y Álbum de rotos(1995).
Posteriormente se adentró se adentró en los desiertos blancos del alzheimer con La nieve horizontal de los vilanos(premio Isabel de Portugal, 1996) y Sílabas blancas (2005).
Plasmó su singular caza del instante cotidiano en Haikus de la casa (2010)
Tanto en Me acuerdos (2000) como en Pasos. Diario lírico del Camino de Santiago(2014) se mueve en la frontera entre lo poético y lo narrativo.
El después del relámpago(2014) y Motivos de horizonte(2015) inciden en una indagación poética y social del lenguaje .
Se aproxima al misterio de brotar a existir en El eco de la luz (2017).

Obtuvo el  Premio del público en la V convocatoria de Poesía del Miedo (2010) y ha sido incluido, entre otras, en las antologías: “20 poetas aragoneses expuestos”,  “Aldea poética III”, “Amantes” y “Voces del Extremo” (2012-16).

 

 

 

 


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