Aitana Monzón
Volver a la masada
En Alcañiz
Peso cárdeno. Lo que
hubieras querido decir
del higo cayendo.
Esa devastación.
Esa escena extraña
de muerte.
Con tus manos llenas de mirar.
Es decir:
pregnante el golpe
de lo vivo.
GalleriaDegliUffizi
oír en los silencios el ritmo pavoroso de los tiempos
- Labordeta
I
No hay más que
esa canción
que transfiere la noche.
Un pasillo de cruces
inútilmente abierto.
El hombre
que dice ser aceite
(¿Qué hombre iría hacia la carne?)
Esta piedra que ungida
reclama su dolor.
II
Conque sólo era carne,
¿no lo ven?
Conque sólo puñal
que erigir en la noche,
¿ven lo no?
Un hombre cuya sed,
un hombre cuya ortiga,
un hombre cuyo nombre
derramados
¿ven lo no?
[Caravaggio]
A tideofecojunk
Mai, yo veniba aquí a fablar de l’aigua
y vusté nomás me niega augustas senectudes
u o trotar que levan os caballos
que lentos se t’entregan a la nuei
Mai, yo venibaací a dezir
a esteticad’o mar, d’o que muere
y ziego sabe a suya verdat
una verdat de plomo y d’abocaus,
de teces que han d’estaresbiradas
por mareyas de roñas ecolochicas
u flors tornando-se a la fabla
Mai, yo venibaací a dezir: cuantísimo
tos debo, boiras blancas
Y como no sé si tiengo a verdat, digo iste árbol
que he de depositar en l’ariad’o duelo
que he de depositar si a espata ye de sulcos
que he de depositar do l’abstracto falle
y ya remato: yo tiengo iste amor que ye un idioma
que he de desocupar antes de
a cayedura.
Zagalas de hormigón en Kobane, Siria
Wewhohave // had so much
- Ashbery
Nosotras que aguantamos tanto y cuyos soles
Nos eran abiertos los himnos y los aludes
Cuándo diremos
Las bombas con su núcleo insistente
Zagalas de hormigón si en vuestras piernas
Pantocrátor y rosa
Acaso pudiéramos reunir la muerte
De las chimeneas Miraos las manos
Dolores míos
Vosotras que habéis
Besado el pábulo sangrante
Noche de verano en absoluto sabemos dónde estás
Vosotras
Tapiz de breve día En el hueco
De declinesy brazos buscad
Buscad A qué
Poníais nombre
Entre los olivos
Escribid en el mundo
una sola palabra. Lo que ocupa
este campo. Con qué rumor la tierra
desuella su verdad.
Aquel cuerpo, si existiera
aquel cuerpo, su planicie
de escombro que a nada ya precede.
O esta madre, Señor, de cuyas manos hablo.
Si existieran aquí como un idioma
yermo de su propia oración.
En su fin tu luz
derrama todo signo.
Señor,
con qué palabra el hombre dirá lo que cariña
cuando la tierra sea
sacudida por su propio temblor.
(Sura 99. AZ-ZALZALAH – Del temblor)
Vals para difuntos
También fue mayo enhiesto
el nombre de la piedra. Desdecir
ahora su apertura.
No retener la voz.
No apagar mis ojos.
Traer a mi clavícula
el rojo de esa losa. Traer
calamidad. Traer auxilio.