Su espalda a veces
María Jesús LAMORA
Hoy he leído la espalda de un hombre.
Sus líneas me han hablado de penumbras,
de palabras, combinaciones de letras,
músicas de los veinte, luces y oídos.
Esta tarde he escuchado el laberinto de
su mirada desconocida y he rellenado
versos que tantas veces
he improvisado, imaginando estaciones,
abriles y marzos y agostos,
fragmentos redondeados que se intercalan
entre las esquinas de otros surcos.
Su olor ha traspasado el aire de las
distancias y su imagen, imprecisa e
innecesaria en este momento, ha recalado
en el puerto de la memoria.
Ahora rozo su alma ajena, lejana y oscura.
Imposible y eterna.
Y no sé si contestarle algo o dejar
que el silencio encuentre, como cada mañana,
el sitio real que le corresponde.
María Jesús Lamora