Francisco Javier Aguirre Azaña

                                                           Coronel E.T. y escritor

Los amantes de la historia, y especialmente de la historia militar, pueden disfrutar visitando un gran patrimonio histórico relacionado con la guerra civil española y lo que habitualmente se conoce como Batalla de Teruel, en los valles del río Jiloca y del río Alfambra y en torno a la propia ciudad de Teruel. Es posible visitar muchas de las posiciones defensivas –algunas en muy buen estado‒ que fueron utilizadas por los combatientes de ambos bandos durante las operaciones que tuvieron lugar, entre diciembre de 1937 y febrero de 1938, con objeto de conquistar la ciudad de Teruel, que tenía poco valor estratégico, pero que alcanzó un alto valor simbólico para los contendientes. Cuando descubrí la existencia de este patrimonio, fui a visitar esas trincheras y fortificaciones, y los lugares en que los soldados esperaron su destino. Pude sentir el frio y las nieblas matutinas, pisar las mismas lomas inalteradas y ver los mismos paisajes que vieron ellos. Vi en el suelo las latas de comida que consumieron y los trozos de metralla que les atemorizaron, hirieron y mataron. Y, sentí la necesidad de conocer la historia verídica de lo que allí sucedió. Se puede encontrar mucha información sobre la guerra civil española en general y sobre la Batalla de Teruel en particular, pero también mucha de ella es sesgada, parcial y poco objetiva. Así es que comencé a tomar notas por escrito con objeto de elaborar un relato sucinto, aunque lo más completo posible, fidedigno y coherente, con el que poder desentrañar lo que sucedió. Fruto de la lectura de los libros que encontré sobre el tema, de la documentación que ‒como no podía ser de otra manera en nuestros días‒ se encuentra en internet y de la consulta de los documentos originales que se conservan en el Archivo General Militar de Ávila, nacieron un par de pequeños libros que son complementarios el uno con el otro y que se pueden leer o consultar simultáneamente. “La campaña de Teruel (diciembre 1937 ‒ febrero 1938). Crónica de las cinco batallas de Teruel” es precisamente eso: una crónica. El libro aporta algunas novedades a los estudios ya realizados hasta ahora. En primer lugar, la idea de que lo que conocemos como Batalla de Teruel, no fue una batalla, sino una campaña militar: término que abarca una sucesión de batallas, combates y operaciones, en un espacio geográfico y tiempo delimitados, que tienen por finalidad alcanzar un segundo objetivo, en este caso la conquista (o reconquista) de la ciudad de Teruel. En la campaña de Teruel se pueden distinguir cinco fases, o batallas sucesivas, libradas cada una de ellas como consecuencia de las anteriores. Otro aspecto destacable son los mapas de elaboración propia, con la situación de las unidades atacantes y defensoras en cada una de esas fases, lo que aporta una información inédita hasta ahora. Por último, la inserción de códigos QR para acceder a gran cantidad de información adicional ‒el libro debe leerse con un móvil o tablet con acceso a internet a mano‒. Lo que permite, por ejemplo, leer sobre un combate en una posición determinada, situar ese sitio en el mapa, en ocasiones acceder a un video en el que se puede ver el terreno o a una ficha con la descripción de los vestigios que se conservan, entrar en el archivo fotográfico de la Biblioteca Nacional donde se conservan fotografías del hecho o también acceder a la orden de operaciones o a los informes originales elaborados por las unidades militares que tomaron parte. El segundo libro: “Rutas por los vestigios de la guerra civil. Campaña de Teruel” es una guía de viaje que recoge cinco rutas ‒una por cada una de las fases o batallas de la campaña de Teruel‒ y veinticuatro sitios característicos donde se conservan vestigios ligados a las operaciones militares que allí tuvieron lugar. Contiene abundantes fotografías y mapas; y también enlaces (códigos QR) a la información proporcionada por el Ayuntamiento de Teruel y el Gobierno de Aragón. Los amantes de la historia militar, del aire libre y del agreste paisaje turolense que decidan emprender la visita a estos vestigios, deben llevar consigo el libro durante su recorrido. En él encontrarán información útil, podrán leer antecedentes y los hechos históricos que ocurrieron en cada posición, una descripción de las mismas, e indicaciones que permiten encontrarlas fácilmente. Siempre acabo diciendo que es responsabilidad de todos respetar este patrimonio ‒que se ha salvaguardado durante más de ochenta años‒ sin alterarlo, para que se siga manteniendo el mayor tiempo posible.


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