YORDÁN EFTÍMOV Revista Imán

Yordán Eftímov (Rázgrad, 1971) es poeta, historiador y crítico literario. Desde 2015 es catedrático de Teoría de la Literatura en la Nueva Universidad Búlgara de Sofia y doctor en Historia de la Literatura Búlgara. Desde 1993 es redactor de la edición semanal independiente de cultura Periódico literario. Es autor de los poemarios Metafísica de las metafísicas (1993, Premio de debut “Primavera de sur” 1994), Once cuentos de hadas indios (1997), África/Cifras (1998), Opera nigra (2001), Mi mujer siempre dice (2005), El corazón no es creador (2013, premios nacionales “Iván Nikólov” y “Jristo Fótev”) y Teorías comprobadas, experimentos definitivos (2018). Ha publicado también las monografías Virtud desmentida: experimentos sobre Tzvetán Marangózov (2008), El doble fondo de la clásica (2010), La matemática divina (2012) y Poética del acuerdo y del desacuerdo (2013), y los libros de ciencia popular Literatura antigua (2001) y Modernismo (2003). Además de sus obligaciones académicas, Yordán Eftímov se dedica también al periodismo —ha sido autor y locutor de presentaciones para Radio France International y Radio Nacional Búlgara, y también de rúbricas periodísticas y televisivas de cultura y novedades editoriales—. Galardonado con premios para cuentos, ensayo, y presentaciones periodísticas, así como del premio para la obra íntegra “El roble de Pencho”, creado por Svetlozar Igov. Ha sido miembro del jurado de los premios nacionales para prosa contemporánea búlgara, para poesía y para ensayo y del jurado para elegir el participante búlgaro en el Concurso de Canción Eurovisión en 2012, como representante de la Asociación de Escritores Búlgaros. Es miembro de la Unión de los Científicos de Bulgaria.

 

 

EN EL FIN DE LA GUERRA

Al finalizar la guerra ambos bancos de la pequeña ciudad
habían sido reinstalados en sendos tanques.
No tanto porque se hallaran en bancarrota
(un banco roto es una contradictio in adiecto),
como porque sus oficinas habían sido bombardeadas
y los tesoros necesitaban unos locales
sin agujeros de medio metro en las paredes.

 

 

LA FORTALEZA VENCIDA

Había dejado de concebir aquella fortaleza como un problema.
Habían pasado años
desde que matara a la mitad de su población
y los que quedaron lo celebraban como al gobernante del mundo.
No designó como sucesor al más digno de confianza,
sino a su más despiadado guerrero.
Probablemente debió de suponer que los habitantes
precisan ser cortejados con visitas prominentes
en las que relumbrar junto a otra nueva mujer,
con decapitaciones periódicas
frente a otro hermoso ocaso,
exenciones anuales de impuestos,
seguidas de impuestos duplicados
y cambios de guardia que inspiren respeto.
Probablemente si no hubiera aceptado que esta fortaleza
está dentro de su corazón,
no sería indispensable sangrar delante de sus muros
en esta hora matutina
de un año que no quedará para los anales de la historia.

 

 

LA COMPETENCIA DESLEAL DE LAS MUÑECAS DE SILICONA

Las empleadas del templo de Bali
se querellan, por medio de un memorándum sindical,
contra las mujeres manufacturadas por el consorcio internacional
que erigió una fábrica de artículos de plástico en las cercanías.

Así el sindicato sostiene batallas
en el futuro y en el pasado simultáneamente.

 


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