¡Han florido!
¡Han florido!
¡Han florecido, amor mío! En la senda del
camino, con sus orillas pobladas por las
rojas amapolas y las blancas margaritas,
ofreciendo su belleza ¡Han florecido, amor mío!
Recuerdas cómo nuestras manos jugueteaban
con el amor, preguntándoles a las margaritas,
mientras deshojábamos sus pétalos ¿Me quieres?
Sí…No…Sí…No…y al final trampeábamos con el Sí.
Y el verdor de los campos ¡Qué esplendor!
¡Qué belleza natural! Mientras subíamos a
la cúspide del monte Bardenero,
lleno de historias de amores y bendiciones.
¡Qué día más bonito! Acariciándonos el sol,
fuente de energía. Todo es congruente en la vida.
Amo a la vida, su armonía y belleza natural…
Verdes y no negras estaban las Bardanas… ¡Qué gozo!
En las orillas del camino, vestidas de colores
están las margaritas, amapolas y flores del campo,
¡Han florecido, amor mío!