María

Su dulce rostro, aún dormida, mostraba tatuado el rastro del sufrimiento, y la pena, dos cauces creados por el llanto derramado, desde la comisura de sus ojos y hasta los lados de su nariz.  La radiante luz del medio día incidía directamente en la habitación de...

El silencio de la tierra dormida

Yo, árbol solitario, crecí con raíces muy débiles, retorcidas y enfermas pero ya me he hecho mayor, he crecido esbelto y de tronco delgado pero soy más fuerte de lo que parezco. Aunque eso a mí no me vale, la primera impresión que tienen de mí cuando me ven mis...

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