No volveremos más

pero eso tú ya lo sabes amigo

no podemos luchar contra el destino.

En las noches azules casi negras

del más irreparable infortunio

cuando miremos hacia atrás

y lo vivido cobre un oscuro sentido

sabremos tal vez el secreto

de la flor machacada por las botas

de la historia que apenas recordamos.

No volveremos. No.

El tiempo primavera de la muerte

dejará caer su callado báculo

sobre los enterrados y los vivos.

Pero no nos apenemos

la libertad de haber soñado

es como abrazar el mar retenerlo

como agarrar el viento con las manos

y soltarlo en mitad del desierto.

Pero si os alejáis antes de que mi juventud

sea pasto del recuerdo

dejadme aquí atónito y mudo

mientras crece la sombra del árbol

y los segundos pasan fugitivos.

Nada más. Tan sólo eso.

Gregorio Muelas Bermúdez


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